El fiscal de Turín entrega al presidente del CONI una "lista negra" de futbolistas
El fiscal de Turín Raffaele Guariniello entregó ayer al presidente del Comité Olímpico Italiano (CONI), Gianni Petrucci, una "lista negra" que contiene el nombre de más de 30 futbolistas de las series A, B y C (Primera y Segunda División) que habrían hecho uso de sustancias dopantes. Con este acto, Guariniello imprime una velocidad nueva a la investigación que lleva en curso desde agosto pasado sobre el dopaje en el fútbol italianoi.
El fiscal de Turín es uno de la media docena de magistrados que actualmente dirigen en Italia investigaciones sobre el dopaje en el deporte, un asunto que la exclusión de Pantani del Giro ha puesto de nuevo de máxima actualidad. Entre los nombres pasados por Guariniello a Petrucci deberían figurar los de algunos jugadores del Juventus, el club más investigado por el fiscal. La noticia es un "shock" para el fútbol italiano, que creía haber pasado el chaparrón de la lucha contra el dopaje. El fútbol italiano está bajo sospecha desde agosto pasado, en que, coincidiendo con todos los sucesos del Tour, el exentrenador del Roma, el checo Zdenek Zeman, mostraba su "perplejidad" por el enorme aumento de la masa muscular de los jugadores Vialli y Del Piero además de hablar de verdadero temor a la invasión de fármacos en los vestuarios de los equipos.
A raíz de esas declaraciones, se desató en Italia una oleada de investigaciones que pusieron patas arriba el entramado del deporte transalpino. Comenzaron a salir a la luz asuntos turbios: resultaba, de repente, que el laboratorio antidopaje de Acqua Acetosa se había especializado en no encontrar ningún positivo, sobre todo cuando de futbolistas de primer nivel se trataba; y cuando había positivos, se "perdían" los informes. Las instalaciones fueron cerradas varios meses y sólo se reabrieron con nuevos gestores.
Como consecuencia del escándalo, se vio forzado a dimitir el presidente del CONI, Mario Pescante, quien antes había archivado las denuncias de Zeman tras una investigación superficial. El fiscal de Roma entró en acción e imputó al presidente y al ex presidente de la federación de fútbol, Luciano Nizzola y Antonio Matarrese, respectivamente, acusados de ocultar casos positivos. Poco después, se filtra a la prensa un análisis de sangre de los jugadores del Parma que señalaba que la mayoría tenían un índice de hematocrito superior al 50%. El caso se resuelve apelando a un error en los análisis y a una máquina en mal estado.
Pero ha sido el fiscal Guariniello, de Turín, el que más ha profundizado en sus investigaciones. Por sus oficinas ha pasado la flor y nata del fútbol italiano y mundial, ya que su objetivo principal ha sido desde el principio el Juventus de Turín, que cuenta con varios jugadores extranjeros de primer nivel. Precisamente la declaración del francés Zidane, escoltado por coches de carabineros desde el campo de entrenamiento hasta el Palacio de Justicia, fue la puesta en escena más espectacular.
Sin embargo, a pocas conclusiones de gran calado había llegado Guariniello hasta ahora. Su única decisión de procesamiento corresponde hasta el momento a un empresario lombardo productor de creatina (un integrador energético, un aminoácido, que no figura en la lista de productos prohibidos), a quien acusa de fraude de comercio. La creatina, el producto de moda entre los clubes de fútbol, parece haber sido el único hueso tocado por Guariniello, quien ha investigado a 60 empresas productoras y ha llegado a la conclusión de que 56 no cumplen con los requisitos sanitarios, ya que recomiendan en sus anuncios publicitarios dosis superiores a los 3 gramos diarios (los jugadores del Juventus reconocen ingerir dosis de 20 gramos diarios).
Otro foco de atención de Guariniello ha sido la investigación de la muerte prematura de 45 futbolistas italianos en las últimas décadas. Guariniello ha intentado conectarlas con la toma de productos dopantes, pero aún se desconoce el alcance de sus pesquisas.
