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El desempleo, la seguridad ciudadana y la droga son las primeras preocupaciones de los valencianos Los ciudadanos desestiman la capacidad de la Generalitat en las políticas activas de empleo

Los partidos políticos se han esforzado durante dos semanas por ofrecer sus recetas particulares para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La gestión de los servicios públicos, la estabilidad parlamentaria o la deuda pública han sido caballos de batalla de un debate electoral que no ha generado grandes expectativas y que ha dejado al margen cuestiones claves. Varias encuestas elaboradas por la Generalitat hasta octubre de 1998 ponen de manifiesto que la primera preocupación de los ciudadanos es el desempleo. En segundo lugar, a cierta distancia, figuran la seguridad ciudadana y la droga.

Desagregado por provincias, el desempleo preocupa mucho más a los residentes en Valencia (35,7%) que a los vecinos de Castellón (24,5%), donde los índices de paro son muy reducidos, o a los de Alicante (30,4%). Naturalmente, los parados son los más preocupados por el desempleo (43%), seguidos por los estudiantes (33,7%). Por filiación política el problema destaca entre los votantes de Esquerra Unida (36,4%). Desciende a un 32% entre los seguidores del PSPV o Unión Valenciana, y baja a un 27,6% entre los votantes del PP. A lo largo de la campaña electoral, el PP ha destacado la evolución de los indicadores de empleo durante la presente legislatura como uno de los grandes logros de su gestión y ha sugerido incentivos para los empresarios que ofrezcan nuevos contratos. En una línea parecida se han expresado los regionalistas de Unión Valenciana. Los partidos del bloque de izquierdas, PSPV, Esquerra Unida y BNV-Els Verds, se han sumado a la reivindicación de la jornada laboral de 35 horas semanales como forma de repartir el trabajo y crear nuevos puestos de trabajo. Pero el registro de méritos o las propuestas de futuro en materia de empleo chocan con otra evidencia que ponen de manifiesto las encuestas. Cuando se pregunta a los ciudadanos sobre sus prioridades para las áreas de gestión de la Generalitat destacan la seguridad ciudadana -un asunto sobre el que el Consell carece de competencias-, la sanidad, el medio ambiente, la educación o la vivienda. Las políticas activas de empleo, sin embargo, no aparecen. La conclusión es clara: los valencianos no vinculan la generación de empleo con la política desarrollada por la Generalitat. La seguridad ciudadana es la segunda gran preocupación de los valencianos, a gran distancia de la obsesión por el desempleo. Un 13,3% de los encuestados señala la seguridad ciudadana como principal problema, un indicador que llegó a una cota superior al 17% en octubre de 1996. En tercer lugar y relacionada con la anterior, los valencianos citan la droga como fuente de preocupación, aunque el índice ha descendido hasta un 9% en la última encuesta de octubre de 1998. Visitas de Cotino La seguridad no es competencia de la Generalitat y es un asunto que no se ha abordado durante la campaña electoral. Sin embargo, el PP ha logrado que el director general de Policía, Juan Cotino, se dejara caer por la ciudad de Valencia para inaugurar una nueva comisaría destinada a ser el embrión de una futura Ciudad de la Policía, que albergará las unidades dispersas por toda la capital. La seguridad ciudadana preocupa mucho más a los vecinos de Castellón (15%) que a los residentes en Alicante, donde el índice apenas supera el 10%. Relacionada con el tamaño del municipio de residencia, los vecinos de localidades entre 5.000 y 20.000 habitantes son los que más preocupación muestran por la seguridad ciudadana (16,3%). El índice también es bastante elevado en la ciudad de Valencia (14,5%). La seguridad ciudadana resulta ser una preocupación que se inclina claramente hacia la derecha. Entre los votantes de UV, el índice supera el 23%. Baja a un 16,4% entre los seguidores del PP. Se reduce a un 12,5% entre los socialistas y queda por debajo del 10% entre los votantes de Esquerra Unida. La Generalitat dispone de una dirección general de drogodependencias, pero su gestión no ha sido objeto de debate durante la campaña. Sólo Eduardo Zaplana ha mencionado el caso en alguna ocasión para destacar el descenso en el consumo. El terrorismo ocupa un cuarto lugar entre los problemas que consideran los ciudadanos valencianos. Un indicador que se dispara en julio de 1997, cuando la banda terrorista ETA amenazó con desplegar una campaña de atentados en la costa valenciana. La preocupación era superior en Alicante, destino turístico prioritario, que en las restantes provincias. La amenaza terrorista mantenía una cota en torno al 8,5% entre las preocupaciones de los valenciano en la encuesta de octubre de 1998, poco después de que ETA declarara una tregua unilateral. La sanidad, las pensiones y la educación consituyen un bloque que ocupa el tercer lugar entre las preocupaciones de los valencianos. La mención de la sanidad como problema ha crecido notablemente desde el 4,9% en julio de 1996 para situarse desde entonces en una franja superior en torno al 6,5% correspondiente a octubre de 1998. La sanidad es la segunda área de gestión que los ciudadanos consideran prioritaria para la Generalitat, con un índice en torno al 24%. Y sí que ha sido objeto de debate durante la presente campaña. La discusión política se ha centrado en los respectivos modelos de gestión. Los populares han insistido en la condición gratuita y universal del servicio. Defienden la financiación pública de la prestación, pero admiten la cesión de la gestión a empresas privadas. El caso ejemplar es el del Hospital de La Ribera. Los socialistas defienden los conciertos con instituciones sanitarias privadas, pero rechazan el modelo de Alzira por considerarlo un monopolio. Esquerra Unida, por su parte, apuesta sin ambages por la sanidad pública y propone recortar los conciertos. La sanidad preocupa en términos idénticos a los votantes del PP y del PSPV, en torno al 6,5%, la media de la Comunidad. El índice baja a un 4,2% entre los seguidores de Esquerra Unida y a un bajísimo 2,8% entre los votantes de UV. Las pensiones ocupan el siguiente lugar entre las preocupaciones que citan los encuestados. Los mayores de 65 años son, evidentemente, los más preocupados por el futuro de sus ingresos. Por filiación política, los votantes socialistas son los que más preocupados se muestran por las pensiones (7,1%), seguidos de los populares (6,2%). Las pensiones tampoco son competencia de la Generalitat, pero los candidatos del PP sí se han preocupado de destacar que los jubilados no han visto mermada su capacidad adquisitiva gracias al descenso de la inflación y de las tasas de interés. Dos cuestiones que escapan a su control. Entre las prioridades de gestión de la Generalitat, ocupa el tercer lugar el medio ambiente. Un asunto que ocupa el séptimo puesto entre las cuestiones que preocupan a los valencianos, sobre todo a los más jóvenes y, con diferencia, a los votantes de Unitat del Poble Valencià en las últimas elecciones. Esquerra Unida y el BNV-Els Verds han capitalizado el discurso ecologista durante la presente campaña. Todos los partidos insisten en la necesidad de controlar los residuos sólidos urbanos y los desechos tóxicos y peligrosos. UV, que ha gestionado la Consejería de Medio Ambiente, se atribuye la elaboración del Plan Integral de Residuos y el control de los incendios forestales. El PP, entretanto, ha preferido dejar el asunto en segundo plano y ha destacado que el Consell es un órgano colegiado, de modo que los éxitos en gestión ambiental son compartidos por populares y regionalistas.

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