Las dioxinas

Una vez más, el riesgo sanitario aparece. Las dioxinas se han introducido en la cadena alimentaria, y los consumidores deberían ser correctamente informados de ello. En su artículo Después de Seveso, el señor Kogevinas escribió que "las fuentes más importantes de dioxinas son las incineradoras, la industria del metal y las papeleras". Con esa información es difícil entender cómo se ha podido introducir la dioxina en las grasas de origen animal utilizadas en la elaboración de los piensos que alimentaron a los animales (pollos, cerdos, terneros...). Más fácil de entender es que la dioxina (TCDD, tetraclorodibenzo-p-dioxina) es un producto de degradación del 2,4,5-triclorofenoxiacético (2,4,5-T), un herbicida ampliamente utilizado en la agricultura para el control de las plantas indeseables. El 2,4,5-T es ingerido por los animales sin que les afecte en su producción, pero deja residuos en la grasa de los animales. Esas grasas contaminadas, sometidas posteriormente a fuertes calentamientos, transforma el 2,4,5-T en TCDD-dioxina. Este producto es un potente teratógeno (produce cáncer) en los animales de experimentación, y se sospecha que también en el hombre en dosis extremadamente bajas.-