"Pujol está acabando de hundir a Molins", afirma Maragall
A Pasqual Maragall le faltó tiempo ayer para hurgar en las contradicciones entre el candidato de Convergència i Unió (CiU) a la alcaldía de Barcelona, Joaquim Molins, y el líder de la coalición nacionalista, Jordi Pujol. El presidente negó el martes pasado lo que Molins había apuntado desde el inicio de la campaña electoral, es decir, que CiU estaba dispuesta a pactar con el PP para conseguir la alcaldía de Barcelona. "Pujol está acabando de hundir a Molins", dijo Maragall en una pausa de su visita a las comarcas del Vall d"Aran y el Pallars Jussà. Los socialistas han comprobado con satisfacción que uno de los puntos más débiles de la campaña de Molins es, precisamente, la política desarrollada por los sucesivos gobiernos de Pujol para cortar las alas al Ayuntamiento de Barcelona. Por eso, Maragall se permitió bromear sobre el papel de Pujol en esta campaña. Tras recordar que Molins había dejado abierta la puerta a un pacto poselectoral en la capital catalana entre CiU y el Partido Popular, como el que permitió la investidura de Aznar como presidente del Gobierno, Maragall dijo que la desautorización de Molins revela que "lo que Pujol quiere es ser el candidato de CiU a la alcaldía". Añadió que eso no le sorprende porque "ha sido siempre el deseo secreto" del presidente de la Generalitat". Pero los socialistas no dan la más mínima credibilidad a esta promesa de Pujol. No sólo por el antecedente del vigente apoyo mutuo entre nacionalistas y conservadores en las Cortes y en el Parlament. Se basan también en que el propio Pujol se encargó la semana pasada de dejar bien claro que considera que las elecciones municipales y europeas del domingo son la primera parte de un ciclo electoral.
