Eurobarómetro FERRAN REQUEJO
En las elecciones europeas, una percepción compartida entre electores y candidatos es que existe un grado bastante bajo de información sobre lo que significan la Unión Europea o el mismo Parlamento Europeo. Se trata de una percepción que incluye, a veces, a la clase política de los Estados miembros. Este año se cumplen 25 años de los eurobarómetros, un acopio de encuestas que han venido efectuándose en los distintos países de la UE, y que pretenden pulsar el estado de opinión de los ciudadanos sobre las instituciones y las políticas europeas. Más que ofrecer una imagen fiable del estado real de la opinión pública europea, el principal interés de los resultados reside en sus aspectos comparativos, tanto entre países como entre los diferentes periodos de la construcción de la UE. Ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo cabe destacar algunas cifras del último informe del Eurobarómetro (número 50, marzo 1999) en relación con las fuentes de información de los ciudadanos sobre la UE en general, así como en relación con el Parlamento Europeo. 1. Fuentes de información. ¿De dónde obtienen información, cuando la obtienen, los ciudadanos sobre la Unión Europea? Nada sorprendentemente, la principal fuente es la televisión: alrededor del 60% de los ciudadanos, frente al 41% que dice obtenerla de los periódicos y al 24% de la radio. Belgas, luxemburgueses y alemanes son los más televisivos en relación con la UE -los dos últimos son también los más lectores-, mientras que quienes dicen leer menos cuestiones europeas en los periódicos son los griegos y los portugueses. Por cierto, en España la prensa escrita no acostumbra a tener una sección específica sobre cuestiones europeas. Algo que quizá sería conveniente revisar en un futuro próximo. Internet es mencionado como fuente de información por alrededor de dos personas de cada diez en Holanda, Suecia, Finlandia y Dinamarca, mientras que en el resto de países la proporción es de menos de uno por cada diez ciudadanos. Un dato significativo es que, a pesar del grado de desconocimiento que existe sobre la UE, la mayoría de los encuestados cree que la información recibida a través de la televisión y de los periódicos es ya suficiente (45%). Los más interesados en recibir más información son los que dicen saber "un poco" sobre la UE, por encima de los que dicen saber mucho y de los que dicen no saber casi nada. 2. El Parlamento Europeo. La importancia de esta institución se ha reforzado durante la década actual a partir de los tratados de Maastricht y Amsterdam. Su capacidad de codecisión, junto al Consejo de Ministros, ha aumentado hasta abarcar la mayoría de las políticas de la UE. Se trata, sin embargo, de una institución que aún dista de tener las competencias representativas, legislativas y de control propias de una institución parlamentaria en un sistema democrático. Por su parte, los medios de comunicación de los distintos países han cubierto muy escasamente la información sobre el Parlamento Europeo hasta tiempos recientes. No es de extrañar, pues, que haya países en los que el número de ciudadanos que ha oído, leído o visto algo sobre él sea escaso: sólo el 31% en el Reino Unido, el 32% en Irlanda y el 38% en Francia. Los que responden con un nivel mayor de conocimiento sobre esta institución son Finlandia (62%), Luxemburgo (59%) y Austria (58%). En conjunto, más de la mitad de los encuestados responden que el Parlamento desempeña un papel importante (55%), frente al 25% que opina lo contrario. El Reino Unido es el único país de la UE en el que menos de la mitad de la población cree en la importancia de esta institución. En relación con el futuro, y siempre de acuerdo con este informe, quienes desean que el Parlamento ejerza un papel más decisivo son los griegos (72%), los italianos (62%) y los portugueses (58%). En España sólo el 3% se muestra partidario de disminuir la importancia de esta institución. Analizado por sectores sociales, los mayores niveles de "conocimiento subjetivo" se sitúan en la población masculina (50% frente al 37% de la población femenina), en el grupo de ciudadanos que ocupan puestos directivos (60%) y entre los que tuvieron una escolaridad a tiempo completo hasta los 20 años (58%). Un dato que desconfirmar el día siguiente de las elecciones es el de la participación electoral. En las encuestas sobre las elecciones de 1999 aparece una participación media hipotética del 70%. El país que muestra un interés menor es Austria, que no llega al 60% en sus previsiones. Los ciudadanos de los demás países están por encima de esta cifra cuando se les pregunta por su intención de ir a votar. Seguramente comprobaremos otra vez que la capacidad de mentir es un bien repartido muy democráticamente.
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