Las cacicadas de Fernández
El regidor de Brunete (Madrid), inhabilitado por los jueces, gobierna desde hace dos años sin convocar plenos
Brunete ha crecido en población (ya tiene más de 5.000 habitantes) y ha menguado en crédito político por culpa de las alcaldadas perpetradas por Julio Fernández, un independiente que hace tiempo debería haber convocado el pleno de la moción de censura que le presentó la oposición para echarle pero que se agarra al poder municipal como a un clavo ardiendo.Los tribunales de justicia ya le han inhabilitado por no convocar la sesión de su despedida. Pero él ha recurrido al Supremo para seguir mandando, aunque sea en solitario y criticado por todos los concejales de la corporación.
El PP sacó mayoría insuficiente (750 votos de los 1.836 escrutados) en las pasadas elecciones municipale. Consiguió cinco ediles, tres más que el segundo partido más votado, la Agrupación Innovadora por Brunete (AIB), que logró 376 votos y dos ediles. IU, con 294 votos, logró dos ediles. Con uno sólo se quedaron el Grupo Independiente de Bruente (GIB), con 233 votos y, por último el PSOE, con 186 votos. A pesar de su mayoría, el PP no gobernó. Los grupos minoritarios se unieron para arrebatarle la alcaldía: seis concejales contra cinco y un alcalde independiente: Julio Fernández.
La experiencia resultó frustrante. La coalición de cuatro terminó en Gobierno de uno, con el mando único de Fernández que ejerce de cacique desde hace algún tiempo. El alcalde, sin contar con el pleno ni con nadie, gasta el dinero público del Ayuntamiento de Brunete, supuestamente reservado para cestas de navidad de concejales, en hacer regalos a los vecinos del municipio que cumplen años. El alcalde, sin permiso del pleno, ha firmado licencias para construir chalés en suelo rústico pese a la oposición del juez y de la Comunidad.
A la mayoría de los miembros de la corporación municipal no le ha ido mejor. Ocho ediles sucumbieron al caso de las licencias ilegales: el fiscal les acusa de haber concedido cientos de licencias de construcción con un Plan General, el de 1986, inexistente ya que nunca fue aprobado por el Gobierno regional. Los cinco ediles que formaron gobierno junto a Fernández le abandonaron hace dos años, cuando el máximo edil se negó a convocar el pleno de la moción de censura que presentó el PP.
El PP trató de aprovechar un accidente de Fernández para convocar el pleno de la censura. Mientras el alcalde estaba convaleciente en el hospital tras romperse varias costillas en un accidente, los concejales preparaban la sesión de su destitución. Pero Fernández recibió el alta con tiempo suficiente para anular el pleno y seguir en el primer sillón municipal.
Fernández, ahora, confía en una victoria segura: "La gente me da palmaditas en la espalda por la calle y me dicen que siga así que lo estoy haciendo muy bien. Los vecinos vieron con malos ojos que el PP convocara la moción de censura cuando estaba malherido en el hospital. Eso le ha abierto los ojos a los ciudadanos de la verdadera calaña de esta gente", afirmó. Esta gente ya no seguira pues el PP ha renovado sus listas y ha elegido a Félix Gavilanes, técnico en turismo, de 49 años y ex director de los hoteles Alameda y Villa de Barajas, para optar a la alcaldía.
Uno de los pocos concejales que se ha mantenido al margen de todos los escándalos es el socialista, Juan Antonio Turrero, de 38 años, jefe de ingeniería de sistemas en Telefónica. Ahora recuerda las tropelías del regidor: "No solo es un alcalde inconstitucional por impedir que se vote la moción de censura, sino que además ha cometido diversas ilegalidades en la gestión", señala. "Ha tenido la desfachatez de gastarse 340.000 pesetas del erario público en marzo pasado para comprar un circuito cerrado de televisión que instaló en su propia casa", critica Turrero.Fernández se defiende: "Compré la instalación por seguridad personal, porque había recibido llamadas en las que una voz extraña me amenazaba de muerte", explicó. Las cámaras se desmontaron en diciembre de 1998 y ahora descansan en las dependencias municipales. Turrero, que repite como candidato a alcalde, sabe más: "Fernández se gastó otras 97.000 pesetas de las arcas municipales para comprar nueve ruedas para tres coches distintos, los de sus compañeros de partido". "Lo devolví inmediatamente al Ayuntamiento", replica Fernández.
IU también repite candidatura, la de Manuel Montero, de 47 años (también implicado en el caso de las licencias ilegales).
Izquierda Unida logró dos ediles en las pasadas elecciones. Montero tiene una idea sobre el futuro de Brunete: "Lo que necesita este pueblo es una renovación total, que se vayan todos los ediles del Ayuntamiento y dejen paso a otros nuevos", explicó. En ese grupo se incluye él mismo.
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