En el piélago, con Clos AGUSTÍ FANCELLI
Décimo día. Hoy: Si la barqueta es tomba. Solista: Joan Clos. Coro: periodistas de Barcelona. Una campaña electoral es una travesía por un piélago proceloso, y el candidato, el patrón que gobierna la nave con mano segura para llevarla a buen puerto. ¿Métafora innovadora, de las que elevan el canon literario según Bru de Sala? Qué más quisiera yo. Les escribo a bordo del Icaria, un velero maxi que en 1985 dio la vuelta al mundo. Hago seguimiento de campaña, ya saben. Lo que tal vez no sepan es que mi seguimiento es total: cobertura por tierra, mar y aire. Y resulta que hoy ha tocado mar. Joan Clos va delante, en un confortable dos palos, con todo el trapo desplegado. El muy bandido había citado al personal gráfico y plumífero a las diez de la mañana, en la capitanía del Port Olímpic, pero a las 10.03 horas ya se había hecho a la mar. De modo que a los rezagados no nos ha quedado más remedio que embarcarnos en el Icaria y verle hacer el mono desde lejos. Sopla Levante, fuerza tres, arreciando. Mañana gris, amenazante. Ninguna otra embarcación de recreo en el horizonte, tan sólo los grandes buques cargados de contenedores anclados fuera del puerto. Digo yo que cómo iba a haber nadie recreándose, con lo que se mueve esto. Y con lo que te salpicas. Ahora nos acercamos al dos palos. Ahí está el hombre, feliz. Lleva chubasquero, el pillastre: seguro que disponía de información privilegiada. La tripulación periodística que le acompaña pone cara de Joaquim Xicoy el día en que Pujol inauguró el Dragon-Khan. Xicoy también hacía seguimiento, el pobre, y del susto por poco se nos queda. Gajes del seguimiento. Pero este seguimiento no consiste en inaugurar nada. Se trata de ir mar adentro y, una vez llegados a ninguna parte, volver atrás. Ahora la comitiva se repone de la travesía en Farggi, Port Olímpic. Chocolate caliente y cruasanes. Ha llegado Àngels, la mujer de Clos. Dice que ella también es muy aficionada a navegar. Ya, pero hoy ha preferido quedarse en tierra. Será que se habrá acordado de la cara de Xicoy el día en que hacía seguimiento de Pujol o que ha tenido acceso a información privilegiada sobre el viento de Levante que soplaba esta mañana. En fin, todo muy distendido, muy entre coleguis, gente normal, cómo se lo explicaría yo. Sale el tema de las encuestas publicadas por los diarios esta misma mañana, notablemente favorables a los socialistas. Y entonces Clos se descuelga con una metáfora que eleva sin discusión el listón literario. Apunta, Bru: "Aquestes enquestes són un ventet que ha entrat per l"amura de babor". Poeta, ¿eh? Y espera, que la cosa no acaba aquí: "Ara bé, l"enquesta de veritat són les eleccions". Ésta tampoco la habíamos escuchado nunca, aquí hay nivel. Pues, hala, con esto yo ya tengo para mis 45 líneas. Ahora sólo me queda sacarme de encima la maldita cara de Xicoy que se me ha quedado con este seguimiento.
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