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Entrevista:ANTONI GUTIÉRREZ [EP] CANDIDATO AL PARLAMENTO EUROPEO POR IC-V

"No he perdido la perspectiva utópica, pero quiero tener los pies en el suelo"

Antoni Gutiérrez, vicepresidente del Parlamento Europeo, es un referente indiscutible en la configuración de una mayoría de izquierdas europeísta. La eurocámara de Estrasburgo, fortalecida por el Acta Única y por los tratados de Maastricht y Amsterdam, coronará su impulso legislativo con la ratificación de la política común de seguridad y defensa acordada ayer mismo en Colonia (Alemania) por los Quince. Después del 13-J, Gutiérrez quiere estar en Estrasburgo para decidir sobre estas materias y sobre su posible apoyo al nombramiento de Javier Solana, secretario general de la OTAN, en la recién estrenada cartera de míster PESC. Quiere decidir sobre el terreno, como lo hizo, no hace mucho, durante el proceso de ratificación de Romano Prodi el actual presidente de la Comisión de Bruselas: "No me opuse, simplemente me abstuve, después de mantener tres largas conversaciones con el mismo Prodi". Antoni Gutiérrez, el Guti, encabeza en España la lista de la coalición Los Verdes-Las Izquierdas de los Pueblos: "Mi candidatura se ha ido configurando a partir de la opción ecosocialista, que además proclama raíces territoriales, no desde la agresividad como los nacionalistas, sino desde la experiencia y la voluntad cooperativa". Pregunta. ¿Los verdes europeos son su banderín de enganche? Respuesta. A partir de la colaboración con los verdes europeos, se ha ido configurando un espacio que no es la socialdemocracia, y tampoco es la izquierda ortodoxa antieuropea. Es un espacio formado desde un europeísmo de izquierdas; hacemos una propuesta ecológica. No se trata de una nueva alternativa, sino de un balance que nos permite abordar otra etapa. P. ¿Cómo les afecta la confrontación entre los verdes y el SPD en Alemania o la ruptura entre Lafontaine y Schröder? R. Los verdes tienen contradicciones porque los que no las tienen son los que se mueven en la pureza sin adquirir compromisos. Nosotros, desde una izquierda no ortodoxa, hemos avanzado hacia la ecología, y los verdes, desde la ecología, han avanzado hacia la política. El resultado de este encuentro es nuestra apuesta por un modelo de crecimiento sostenible vinculado a un proyecto político.En Alemania, los verdes han vivido enfrentamientos con Schröder, tanto en el caso de la dimisión de Lafontaine, como en el de las disensiones creadas por la guerra de los Balcanes. Pero ello no les ha llevado al testimonialismo, sino al compromiso. Ellos lo definen con esta frase: desde el vientre del monstruo, intentamos cambiar las cosas. P. Este entrismo se aleja un poco del entorno cultural del europeísmo de izquierdas que usted defiende. R. Nunca he perdido la perspectiva utópica, pero quiero tener los pies en el suelo. Yo he estado en la política siempre para cambiar las cosas; podré tener los pies en el suelo, pero siempre para cambiar las cosas. La coherencia, la capacidad de incidir en la realidad y la honestidad forman mi trilogía fundamental. P. Su compromiso en la construcción de la UE viene de lejos, de la etapa en la que el PSUC adoptó la estrategia entonces llamada eurocomunista. R. Yo viví el momento en que el PSUC y el Partido Comunista de España (PCE) dieron un giro y pasaron a defender la entrada en lo que entonces era la CEE. Hablo de los años todavía de la clandestinidad. Europa es una gran aventura que no es sólo la moneda única y el mercado común. P. ¿Qué es para usted el euro? R. Un instrumento económico regulado desde el punto de vista democrático. Un instrumento útil para efectuar una política social y, a la vez, con voluntad de incidir en la política internacional, y, por lo tanto, vinculado a una política de seguridad y de defensa. P. ¿La coalición Los Verdes- Las Izquierdas de los Pueblos aporta nuevos argumentos para redefinir la territorialidad en el marco de la UE? R. Para mí, democracia significa ciudadanía europea, lo que implica una reformulación favorable al fortalecimiento de las ciudades y de las regiones. Nosotros aunamos la ecología, la voluntad transformadora y la ciudadanía vinculada a los territorios. Es decir: el verde, el rojo y el ocre. Este último color, el ocre, indica que queremos estar vinculados a la tierra. Pero, así como el nacionalismo de CiU plantea el problema territorial de una manera reivindicativa y conflictiva, nosotros lo vemos de una forma cooperativa y potenciadora. Los nacionalistas quieren trasladar el modelo de tensión permanente a la UE y conviene explicar que esta política de tensión, en el resto de España, ha acabado fomentando una imagen pésima de Cataluña. Cuando en calidad de vicepresidente del Parlamento de Estrasburgo tengo que presidir una sesión delante de mí, veo a una Cámara dividida entre las fuerzas de izquierda, de derecha y de centro; en este contexto, CiU está integrada en el grupo liberal. Eso es lo que hay en Europa y eso es lo que encontrará CiU y, además, no podrá aplicar su criterio de gobernabilidad porque no ocurrirá como en España, donde cuenta con la presión que ejerce en Madrid a través de un pacto con el PP. Nosotros hemos vindicado la realidad catalana como parte integrante de España; podríamos decir que nuestra forma de ser catalanes es ser españoles y ser europeos. Pues bien, ahora, en Europa, tendremos una oportunidad maravillosa de plantear con criterios de cooperación, y no de confrontación, el futuro de los gobiernos territoriales. P. Cuando ustedes proclaman la Europa de lo social, formulan una revisión de los tratados, de los criterios de convergencia y, a la postre, cuestionan el estilo unitario de la UE. R. La Europa de lo social no puede ser utilizada. Pero, al mismo tiempo, nosotros queremos esclarecer este argumento de la Europa social en un momento en el que otras fuerzas de izquierda, como la socialdemocracia, presentan demasiadas servidumbres para llenar de contenidos el argumento de la Europa social. P. ¿Qué servidumbres? R. La cumbre de Colonia lo ejemplifica. En esta última reunión del Consejo de Europa, al margen de la acuciante cuestión de los Balcanes, estaba previsto acordar propuestas de lucha contra el desempleo; sin embargo, sus conclusiones reflejan un vacío.Reflejan este vacío básicamente porque tres presidentes de Gobierno, Aznar, Blair y Schröder, se han negado a cumplir las promesas realizadas por el primer ministro francés, Lionel Jospin, en la cumbre de Luxemburgo. De Aznar, nosotros podíamos esperar esta negativa. Pero, Blair y Schröder... ¿no eran socialistas estos señores? Es decir, se observa una tendencia renacionalizadora por parte de algunos Gobiernos socialdemócratas. P. ¿Qué proponen ustedes para reactivar la Europa social? ¿Políticas de inversión pública? R. Sobre todo, proponemos un marco legislativo que obligue a que los compromisos sociales alcanzados, por ejemplo, la lucha contra el paro y la cohesión, no se queden en meras declaraciones de principios.

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