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Detenido el hombre acusado de apuñalar hasta la muerte a su mujer

La huida de José Manuel Sánchez, de 33 años, duró 48 horas. El pasado martes, según la policía, mató a su mujer, Encarnación Martín, de 10 puñaladas en Móstoles. Dos días después, el jueves por la noche, fue detenido a 200 metros de la Delegación de Gobierno de Cáceres. La detención del homicida se resolvió después de que éste llamase a su familia de Ciudad Real para comentar que se encontraba en Cáceres. En el momento del arresto, José Manuel dijo no recordar nada. Ni siquiera su nombre.

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Encarnación Martín Bravo, de 33 años y con un hijo de 11, fue hallada muerta el pasado miércoles por la noche en el número 10 del primer piso de la calle de Gran Capitán de Móstoles (193.500 habitantes). Tenía el cuerpo destrozado por al menos 10 puñaladas. La policía atribuyó el crimen a su marido. Junto al cadáver, los agentes descubrieron el pijama ensangrentado del supuesto homicida.

La policía asegura, que tras cometer el crimen se cambió de ropa. Luego recogió sus enseres personales y los metió en una maleta y se fue caminando hasta la estación de cercanías situada en Móstoles. A las doce y media de la noche tomó un tren con destino a Extremadura. José Manuel se apeó en el centro de Cáceres.

El hombre durmió en la estación y luego vagó por la ciudad hasta que, a las nueve de la noche, llamó a su familia en Chillón (Ciudad Real) para decirles que se hallaba en Cáceres. En el diálogo que mantuvo con su madre no comentó nada del crimen, según fuentes de la-investigación.

Llamada a la Guardia Civil

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La familia del fugitivo comunicó a la Guardia Civil dónde se encontraba. Una decena de patrullas de policía de Cáceres inició la búsqueda de José Manuel con una detallada descripción física. Apenas habían transcurrido dos minutos cuando los agentes le localizaron junto a una cabina de la calle de Hernán Cortés, cerca del edificio del Banco de España, en pleno centro de la ciudad. Eran las 23.15.

Según la policía cacereña, la detención se produjo sin resistencia por parte del presunto homicida, quien mostraba señales de sufrir algún trastorno psicológico. El hombre fue trasladado a la comisaría de Cáceres. En ese momento se encontraba indocumentado, sin equipaje y con 2.000 pesetas en los bolsillos. Dos horas después confesó, informa Jeremías Clemente.

Varios agentes se desplazaron ayer desde Madrid para tomar declaración al detenido. El juez de Cáceres estudia ceder el caso al Juzgado número 8 de Móstoles, que inició las diligencias y decretó el secreto del sumario. El acusado se encontraba anoche ingresado en la unidad de psiquiatría del hospital Nuestra Señora de la Montaña.

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