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Milosevic tiene que elegir hoy entre la paz y la guerra ante el enviado de la UE

El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, se reúne hoy en Belgrado con el representante de la Unión Europea y con el emisario ruso, quienes se presentan en principio como la mayor esperanza de encontrar una solución diplomática tras 70 días de guerra. El presidente finlandés, Martti Ahtisaari, en nombre de la UE, acompañará al ex primer ministro ruso Víktor Chernomirdin para escuchar de boca del propio Milosevic la respuesta a la oferta de paz del Grupo de los Ocho, una respuesta que puede significar la diferencia entre la paz a corto plazo o una inevitable profundización del conflicto con la organización de una ofensiva terrestre.

El ambiente en vísperas de ese viaje crucial era de prudente optimismo, tanto en las capitales occidentales como en Belgrado. Hay "progresos sustanciales", pero no "espacio para la euforia", dijo ayer el canciller alemán, Gerhard Schröder, después de entrevistarse con Ahtisaari y Chernomirdin. A esa reunión se sumó el representante de Estados Unidos, Strobe Talbott, que coordinó con los dos emisarios los detalles de las negociaciones con Milosevic. El viaje a Belgrado se anticipa, en todo caso, lleno de dificultades. Yugoslavia no quiere que la OTAN forme parte de la fuerza internacional que tiene que desplegarse en Kosovo, cosa que exigen los aliados. Yugoslavia quiere un alto el fuego inmediato, lo que tampoco acepta la OTAN. Belgrado pretende que la retirada de sus tropas de Kosovo sea sólo parcial, con lo que discrepan los aliados. Los emisarios llevan, probablemente, cierto margen de negociación sobre esos y otros aspectos, pero la última palabra para avanzar hacia la paz la tiene Milosevic.

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