Acabar de raíz con la guerra
Todo el mundo está en contra de la guerra, pero algunos con más ahínco que otros. Así lo han entendido las 15 organizaciones que conforman la plataforma Moldaketa, que se ha constituido en Vitoria para impulsar proyectos de reconversión de las fábricas de armas en industrias de producción civil. Para comenzar eligieron una de las empresas más conocidas en el País Vasco, fabricante de minas anti-persona hasta que llegó el acuerdo internacional que prohibió su producción, con exportaciones en todo el mundo: Explosivos Alaveses (Expal), miembro del grupo Unión Española de Explosivos. La presentación pública de la plataforma Moldaketa sirvió para que sus miembros expusieran una propuesta de reconversión de esta industria. Aunque Moldaketa está formada por grupos y ONG alavesas (desde el colectivo de estudios sobre industria militar Gasteizkoak hasta Misiones Diocesanas o Hirugarren Mundua eta Bakea), el proyecto de reconversión de Expal surgió hace dos años en Cataluña, donde varias ONG comenzaron a plantearse dar un paso más en su trabajo en favor de las víctimas de las guerras. Por esta razón, en la presentación de ayer de Moldaketa estaba presente Pere Ortega, un investigador pacifista, miembro de la ONG Justicia y Paz y Campaña contra el Comercio de Armas, que ha sido uno de los impulsores de esta campaña. "Las primeras razones que nos mueven para pedir la reconversión de las fábricas de armas son ético-morales ya que sólo sirven para destruir vidas humanas y bienes naturales. Pero también hay que insistir en que las armas no son bienes productivos porque no participan de los circuitos normales de mercado", explicó Pere Ortega. "Afortunadamente", las armas no se pueden comprar en ningún comercio. "Y además, sólo producen déficit público ya que es el propio estado el que las compra", añadió el investigador catalán, quien insistió en que la mayor parte de estas industrias no sólo no produce beneficios, sino que tienen pérdidas. Los promotores de esta iniciativa han mantenido en todo momento que "en ningún momento el cambio de la producción supondrá una reducción de plantilla". Así y todo, tanto el comité de empresa como la dirección de Expal rechazaron en un primer momento esta oferta que sólo contemplaba la posibilidad de realizar un estudio de reconversión. Pere Ortega aclaró que la reconversión de las fábricas de armas no es una novedad: ya en Europa en muchas industrias se ha reemplazado la fabricación de blindados por automoción. "Además, cuando hace dos años surgió esta propuesta, la industria armamentística estaba en crisis y era un buen momento para proponer esta idea", dijo Pere Ortega, quien achacó a las instituciones vascas la escasa sensibilidad con la reconversión de Expal, que acaba de vender 14.000 bombas a Turquía, mientras que el Parlamento vasco cede su sede a la Asamblea Kurda en el Exilio, en conflicto con el ejército turco.
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