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FÚTBOL Segunda División

Punto y final a una pesadilla de nueve largos años

"¡Adiós, a Segunda, adiós!", coreó ayer el graderío de La Rosaleda. Cantaba así para festejar el final de una pesadilla que comenzó nueve años atrás. El 10 de junio de 1990, tras una serie de 16 penaltis, el entonces C.D. Málaga perdió la promoción en Sarriá y se fue a Segunda. Un año después, el Cádiz le cerró el camino de regreso en otra tanda de penaltis. Fue la última vez en la que el Málaga tuvo algún contacto con la gloria.Al año siguiente bajó a los infiernos. Descendió a Segunda B, pero la ciudad no fue capaz de cubrir el capital social para convertir el club en sociedad anónima deportiva, y desapareció.

Los estatutos permitieron la continuidad del hasta entonces filial, el Atlético Malagueño, por lo que la historia se pudo recomponer desde la Tercera División. Pero no había dinero, mientras rivales que habían ascendido con el Málaga en 1988 como el Deportivo de la Coruña se profesionalizaban, se abrían al negocio de la televisión y se enriquecían en la Liga de las Estrellas, los malaguistas debían pelearse con un equipo de Fregenal de la Sierra para volver a Segunda B. Subió, pero una temporada después volvió a caer a Tercera.

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El Málaga alcanza la gloria

Era la temporada 94-95. Un grupo de empresarios encabezados por Federico Beltrán, concejal entonces del PP, dijo basta. Convirtieron al Atlético Malagueño en Málaga Club de Fútbol Sociedad Anónima Deportiva y volvieron a dar el salto a Segunda B.

Y en esa categoría permaneció el Málaga tres años. Ni en 1996 ni en 1997 consiguió clasificarse para la liguilla de ascenso. Hasta que se produjo un golpe de efecto. La sexta ciudad de España, la considerada capital económica de Andalucía, era un territorio codiciado para el negocio futbolístico. Beltrán y los suyos vendieron las acciones a J P Publicaciones, grupo que en la ciudad siempre se ha vinculado con Antonio Asensio, que posee el 90% del capital social (1.150 millones de pesetas).

Entonces llegaron las urgencias. Bajo la presidencia de Fernando Puche, el Málaga reclutó los furbolistas más caros de la categoría y la temporada pasada consiguió el ascenso. Puche ya advirtió que se planteaba la Segunda como un tránsito y de nuevo emprendió una política de fichajes millonarios. Muchos han funcionado (Catanha es por ejemplo el máximo goleador de la categoría), pero otros apenas han jugado. Joaquín Peiró mantuvo la defensa de Segunda B (Roteta, Bravo, Larraínzar) y el eje del centro del campo (Movilla y Sandro). Y en diciembre llegaron otros dos fichajes que han resultado fundamentales: Edgar y Rufete. Puche ha cumplido y ahora dice que el objetivo es Europa.

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