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Martín y Cacho derrotan a los kenianos en Sevilla

La reunión de Sevilla, la primera importante que se disputaba en el estadio de la Cartuja, volvió a abrir las esperanzas al atletismo español. Entre las cinco mejores marcas mundiales del año, dos españolas, la del consagrado Fermín Cacho y la del hasta ahora desconocido para el gran público, Luis Miguel Martín, una joya más para aspirar a las medallas. Por ejemplo, en los Mundiales de agosto en el mismo escenario.Se esperaba a Yago Lamela, incluso frustrado su duelo con el cubano Iván Pedroso, enfermo, o los enfrentamientos de Andrés Díaz y Roberto Parra en 800 metros (ambos flojos) y de Cacho y Reyes Estévez en un 3.000 de ocasión. Cacho no defraudó, pero lo del soriano ya no es sorpresa. Ganó a lo grande, en una recta final deslumbrante, y con la mejor marca mundial del año, 7.37.01 minutos. Por detrás, marroquíes y el keniano Bitok. Reyes, en una prueba que aún le viene grande, se dejó ir. Enrique Molina aún está en rodaje.

Pero la gran noticia de la reunión estuvo mucho antes, en un 3.000 obstáculos inesperado. En la prueba que los kenianos dominan magistralmente y en la que España llevaba largos años en horas bajas. Dos Martín, Luis Miguel y Eliseo, dieron un recital. Especialmente el primero, que marcó el ritmo y resistió el ataque final de los kenianos Misoi y Kosgei. El atleta de San Martín de Valdeiglesias batió con sus 8.11.18 el viejísimo récord de España, 8.15.74, que le permitió a Domingo Ramón ser cuarto, rozando el podio, en los Juegos Olímpicos de Moscú80. Y bajó nueve segundos su marca. "Una barbaridad", dijo él mismo sorprendido. Eliseo fue cuarto con 8.13.59, también por debajo del récord.

Lamela se encontró con el viento contrario, entre 1 y 1,5 metros por segundo, lo que le quitó 10 o 15 centímetros en cada salto y prácticamente todas las opciones de intentar superar el récord de España que logró la semana pasada en Jerez, con 8,26 metros. Al final, incluso cayó derrotado por un centímetro, por el jamaicano James Beckford, el otro gran enemigo en la prueba, y que tiene la mejor marca del año, con 8,41. La serie de Yago fue: 7,75, 8,03, nulo, 7,89, 8,07 y nulo. La de Beckford, nulo, 7,90, 7,94, 8,04, nulo y 8,08.

Otra magnífica marca mundial del año fue la de la portuguesa Marina Bastos, con 8.38.13 en los 3.000 metros femeninos, por delante de su ilustre compatriota Fernanda Ribeiro, oro en los 10.000 olímpicos de Atlanta 96. Fue un ejemplo más del potencial del país vecino en el fondo. También hizo plusmarca la estadounidense Kim Batten, con 53.99 segundos en los 400 vallas, y la rusa Irina Mistiukevich, con 1.58.75 en los 800 lisos.

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