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Reportaje:

Lírica en castellano

Margot Molina

"Doña Francisquita es una obra maestra, lo único malo que tiene es que la partitura es de un español". El director de orquesta Miguel Ortega no encuentra otra razón para justificar el que muchos aficionados a la lírica miren por encima del hombro a esta zarzuela de Amadeo Vives. Quienes quieran decidir por sí mismos sobre la calidad de la obra de Vives y replantearse viejos prejuicios, tienen la oportunidad de asistir, desde hoy y hasta el 5 de junio en el teatro de la Maestranza de Sevilla, a las representaciones que ofrecerá el Teatro de la Zarzuela de Madrid. "Interpretar Doña Francisquita es casi más difícil que muchas de las óperas de repertorio, como por ejemplo Carmen, de Bizet", continuó el director musical de esta producción quien estaba empeñado ayer en dejar bien alto el pabellón de la zarzuela. "Consuma productos de la tierra" sería, aunque ninguno de los presentes lo dijo con estas palabras, el resúmen perfecto de la presentación del espectáculo. Emilio Sagi, director de escena de la producción y del teatro de la Zarzuela de Madrid, asegura que a veces lo único que diferencia a una zarzuela de una ópera es la presencia o ausencia de humor. "Aquí, cuando Aurora La Beltrana se sabe rechazada, lo intenta inmediatamente con otro; en la ópera, moriría de amor", explica Sagi. "La zarzuela es un género estupendo pero los españoles siempre pensamos que lo nuestro es lo peor y, además, no lo envolvemos bien. La zarzuela tiene motivos para sentirse guapísima", añade Sagi. El entusiasmo por el género lírico español es contagioso y Sagi, quien realizó esta producción por encargo del Teatro Colón de Buenos Aires (Argentina) en 1996, ha sumado para la causa a dos nombres importantes en la ópera: el escenógrafo Ezio Frigerio y la figurinista Franca Squarciapino. "Cuando le pedí a Ezio Frigerio que colaborara, lo primero que me dijo fue: "¡Una zarzuela!". Después, cuando él y Franca Squarciapino oyeron la grabación y leyeron el libreto, quedaron fascinados", asegura Emilio Sagi. El director de escena contó ayer, encantado de la vida, cómo Frigerio le dijo: "En la zarzuela los personajes están vivos, cosa que no ocurre en la opereta vienesa o francesa". Doña Francisquita, con libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw, está basada en la comedia de Lope de Vega La discreta enamorada. "Ellos cogieron una obra del siglo XVI y la ambientaron en 1850, una época galante que les permitió concebir un montaje de gran espectacularidad. Nuestro apuesta ha sido la de dar una vuelta de tuerca más y ubicar la pieza en un Madrid soñado que nunca existió", explica Sagi. El Madrid que servirá de escenario a las chulerías de Fernando y la inteligencia de Francisquita es un escenario donde todo es blanco, de un blanco azulado. La dificultad musical de la producción, en la que interviene la Orquesta de Córdoba y el Coro Caja Sur, ha hecho que los responsables de la producción planteen un doble reparto para los tres protagonistas, ya que las representaciones se ofrecen a diario. La soprano Carmen González, la mezzosoprano Cecilia Díaz y el tenor Jorge Elías se alternarán en los papeles principales con Carmen Subrido, Raquel Pierotti y Manuel Beltrán-Gil. Los cantantes, que alternan su trabajo en óperas y zarzuela, quieren dejar bien claro que lo de los tamaños - género grande, chico e ínfimo-, se refiere a la duración, no a la calidad de las composiciones. Por si había dudas.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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