Terapia de grupo

Un debate electoral, contra todo pronóstico, es lo más parecido a una terapia de grupo que se practica cíclicamente. La Cadena SER abrió ayer los micrófonos para que los candidatos hablasen de éxitos y frustraciones. Los protagonistas, como ayer recordó la periodista María Esperanza Sánchez en Radio Sevilla, comparten "circunstancia". Para colmo, unos sin otros no son nada. Nadie como un adversario para exteriorizar las diferencias y reafirmar las singularidades. Lo que ocurrió entre las bambalinas de la radio sevillana entre los cuatro candidatos ayudó a marcar diferencias hasta en pequeñas banalidades. Luis Pizarro (IU) fue el único fumador del debate. Y Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), el dueño de la frente más sudorosa. Alejandro Rojas-Marcos (PA) siguió casi impertérrito los lances verbales, sobre todo los dirigidos hacia él. No pestañeó cuando Pizarro arremetió contra su política urbanística ni cuando su rival socialista le llamó "abuelo". Soledad Becerril (PP) hizo verdaderas piruetas con la mirada para evitar la de Monteseirín -sentados frente a frente- cuando respondía a sus ataques. La candidata popular replicaba al socialista mientras miraba a Pizarro, a la moderadora o hacia cualquier otro par de ojos presentes en el estudio. Tanto ella como el aspirante de IU apenas consultaron papeles, a diferencia de los representantes de PA y PSOE que llegaron a leer párrafos y cifras de corrido. Monteseirín fue el único que recibió una chuleta en el estudio y el que interrumpió más a menudo a sus adversarios. Fue lo único que sacó un pelín de quicio a Rojas-Marcos: "No interrumpa usted, un debate no es para avasallar". Y con toda la ironía de que fue capaz le dijo: "Si la campaña acaba de empezar". A ese quite respondió el socialista con lo del "abuelo" de marras. Claro que ya le había dicho antes a Becerril que contaba "batallitas". Entre los pisotones y demás, los candidatos de Sevilla sólo tocaron dos temas: el empleo y el urbanismo. Becerril y Rojas-Marcos, los de la derecha (sentados a ese lado de la moderadora), salieron con el semblante más turbio que los de la izquierda (Monteseirín y Pizarro), que fueron los últimos en abandonar la emisora. En la recta final de la campaña está previsto que repitan el encuentro. En Radio Huelva, se midieron el candidato a la reelección, Pedro Rodríguez (PP), y el cabeza de cartel socialista José Juan Díaz Trillo, informa Luis Eduardo Siles. Un cara a cara de guante blanco con una promesa de por medio: no utilizar más como arma electoral la salvación del Recreativo, que necesita urgentemente 2.700 millones de pesetas para evitar el descenso a Tercera División. Por lo demás, vía libre. Díaz Trillo aseguró que su rival le había defraudado con el incumplimiento de sus promesas. Pedro Rodríguez, por su parte, remarcó su discurso localista. Huelva, dijo, "en estos próximos cuatro años va a seguir estando para mí por encima de todo". En Radio Jaén, se vivió un debate a tres bandas. Miguel Sánchez de Alcázar, candidato del PP, además de defender al alcalde saliente y correligionario, Alfonso Sánchez, echó incluso mano del Gobierno de Aznar para anotarse tantos en materia de empleo, informa Concha Araújo. Hasta el extremo de que el candidato de IU, Javier Aguilera, le recordó con ironía que al Ayuntamiento de Jaén "no se presenta Aznar, se presenta usted". El socialista Juan Torres, a propósito de la subida de impuestos, llegó a decir que "algunas personas sufragan el IBI con un mes de sus pensiones". En Radio Cádiz, el empleo y la vivienda polarizaron el debate entre Teófila Martínez (PP), María de la O Jiménez (PSOE), Jesús Gargallo (IU) y Julio Braña (PA), informa Antonio Hernández-Rodicio. Todos se unieron para negar algunos logros enarbolados por la candidata popular, como la inversión de 22.000 millones en empleo o la reducción de la deuda municipal.