Una racha histórica llevó al Barça del décimo puesto al título

"Perdió el partido de la Copa de Europa, perdió el de Liga, perdió el amistoso en Almería... y perdió el avión de regreso". Ninguno de los que contaban el chiste a raíz de la serie de derrotas que sufrió el Barça en noviembre, que continuaron en diciembre, hubiera apostado un duro a la posibilidad de que revalidara el título liguero. La mutación ha sido posible gracias a una de las rachas de victorias más impresionantes que se recuerdan en el campeonato español. Nada menos que décimo era el Barça después de perder, ante el Villarreal, su cuarto partido consecutivo. Estaba el equipo azulgrana más cerca de los puestos de promoción -a cinco puntos- que del líder, el Mallorca, del que le separaban nueve puntos.La impresionante racha -54 de los últimos 63 puntos posibles- sólo se entiende por una conjunción de factores. El primero de ellos es la recuperación de jugadores como Guardiola, que reapareció después de su larga ausencia el 6 de diciembre; luego la lesión de Luis Enrique, que coincidió con aquellas cuatro derrotas consecutivas, más o menos lo mismo que le sucedió a Abelardo, y la llegada, el 24 de enero, de los hermanos Frank y Ronald de Boer.

El equipo que desde entonces alineó Louis van Gaal nada tiene que ver con el que tan lamentables resultados -19 puntos de 42 posibles- obtuvo en las 14 primeras jornadas. Okunowo, Pellegrino, Zenden, Anderson y Giovanni ya no volvieron a aparecer en las alineaciones más que en contadísimas ocasiones. La transformación ya sólo sufrió algunos contratiempos con la triple derrota ante el Valencia de Piojo López entre Copa y Liga, y los empates ante el Celta, el Atlético y el Valladolid. Todo lo demás, victorias, concretamente 17, con varias goleadas (7-1 al Alavés, 4-0 al Deportivo, 3-0 al Real Madrid y al Espanyol, y 0-3 al Betis). Y al final los resultados se emparejaron con el buen juego, y ello, como casi siempre en un equipo como el Barça, se tradujo en el título, el 16º de su historia.