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FÚTBOL 34ª Jornada de liga

El Extremadura apuesta por la vida

El equipo extremeño despeja algo su futuro y hunde aún más al Tenerife

El Extremadura hirió de muerte al Tenerife y le empuja al abismo. De paso, despeja un poco más su futuro. El conjunto de Rafa Benítez se aferra a su condición de proletariado del fútbol, tira de trabajo manual, no repara en esfuerzos, sufre y se permite seguir soñando.Las opciones de mantenerse, de luchar incluso por salvar la promoción, pasaban por ganar este encuentro y no desaprovechó la ocasión. El Tenerife, por contra, se empeñó en exhibir esa abstracción falsa de toda la temporada: pensar que es mejor de lo que indica la clasificación, y así se ve, con un pie en Segunda. El fútbol, junto a la técnica individual, es un ejercicio colectivo de coherencia, entrega y sacrificio, y el conjunto de Robi tiene demasiadas fisuras como grupo.

EXTREMADURA 1

TENERIFE 0Extremadura: Gaspercic; Óscar, Félix, Kalla, David; Velamazan (Expósito, m. 59), Viaoud, Belenguer, Soto (Pedro José, m. 87); Duré (Manuel, m. 62) y Gabrich. Tenerife: Unzué; Llorente, Ballesteros, Mata (Makaay, m. 71), Javi López; Pinilla (Kodro, m. 84), Emerson, Jokanovic, Mista; Juanele y Pier. Gol: 1-0. M. 46. Saque de esquina, rechaza un defensor y Viaoud, desde fuera del área, conecta un disparo largo. Árbitro: Fernández Marín. Amonestó a Emerson, Belenguer y Viaoud. 11.000 espectadores en el Francisco de la Hera. La afición del Extremadura, contra su costumbre, recibió al equipo visitante con abucheos por las declaraciones del presidente del Tenerife poniendo en duda la calidad de la plantilla del Extremadura.

Todas las circunstancias apuntaban hacia un partido con sintomatología de drama, y así fue, con el reflejo final de Javi López y Pier tumbados en el césped llorando mientras el público gritaba: "A Segunda".

El encuentro nació como prometía: nervioso e incontrolado. Con el juego sometido a continuos sobresaltos se consumió la primera parte, sin un dominador claro y con dos detalles de la filosofía tan distinta que asume cada equipo: el Extremadura, a por todas, obstinado, serio y diligente; el Tenerife, muy pendiente del control, mostrando su técnica individual y tremendamente apáticos algunos jugadores a la hora de regresar. Juanele anduvo suelto pero sin profundidad; Jokanovic y Emerson, dueños del centro pero sin encontrar continuidad, y Pier, demasiado limitado arriba para ser la solución. Porque a Mista y Pinilla se los comieron Soto y David. El Extremadura jugó como sabe, haciendo su partido y sin perder la compostura. Lo mejor de la primera parte, el jugadón de Soto, que dio un severo correctivo a Llorente con cuatro regates consecutivos y sirviendo un balón de oro que Viaoud no supo culminar. Fue precisamente el francés quien tras la reanudación puso en franquicia al Extremadura. Un tipo curioso este Viaoud, limitado técnicamente pero pundonoroso, valiente y muy compenetrado con el grupo. Puesto en situación límite, el Tenerife tampoco agitó el partido según sus necesidades y al final el drama hecho fútbol: delanteros por defensas, el portero en el centro del campo, marrullerías en el área, balones perdidos, sofoco en la grada y la explosión final de júbilo de unos y las lágrimas de otros. El conflicto entre dos equipos atrapados por la necesidad tuvo un claro perdedor mientras que el otro apuesta por la vida.

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