El Celta deja el trabajo a medias
El equipo vigués logró igualar la ventaja de dos goles con los que se adelantó la Real Sociedad
El Celta olió la catástrofe y la gloria en un partido desconcertante y se quedó en medio, en tierra de nadie después de igualar los dos goles de ventaja que se cobró la Real Sociedad en el inicio del encuentro. Se propuso el equipo que entrena Víctor Fernández levantar aquella losa y cayó víctima de una profunda depresión cuando más fácil lo tenía, que le sobrevino en el momento en que Tomás anotó el segundo tanto del conjunto céltico. Fue un ataque de tristeza peligroso el que le atrapó en los 20 minutos finales y pudo resultar fatal.El destino del Celta dependió entonces de un grave error del portugués Sa Pinto y del acierto del portero Dutruel. El trabajo resuelto sólo a medias, no le queda más consuelo al equipo de Vigo que presenciar aires de renovación en un grupo que acumulaba últimamente malos presagios y preservar esa aureola protectora que ejerce el campo de Balaídos sobre sus jugadores.
CELTA 2
REAL SOCIEDAD 2Celta: Dutruel; Michel Salgado, Cáceres, Djorovic (Óscar Vales, m. 77), Josema (Tomás, m. 53); Makelele, Mazinho (Sánchez, m. 82); Karpin, Mostovoi, Revivo; y Penev. Real Sociedad: Alberto; Fuentes (José Félix Guerrero, m. 46), Loren, Pikabea, Aranzábal; Aranburo, Gómez (Antia, m. 63) y Diaquez, De Pedro (Adepoju, m. 70); Sa Pinto y Kovacevic. Goles: 0-1. M. 12. Penalti a Kovacevic que transforma el jugador serbio. 0-2. M. 15. Idiáquez engancha un balón fuera del área y marca de tiro raso a la derecha de Dutruel. 1-2. M. 35. Karpin remata en el área pequeña un centro de Revivo. 2-2. M. 71. Tomás resuelve de un cabezazo lejano una serie de rechaces en el área. Árbitro: Mejía Dávila. Mostró tarjetas amarillas a Djorovic, Penev, Picabea, Aranburo, Fuentes, Karpin, Mazinho, Guerrero, Mostovoi, Adepoju y a Revivo en dos ocasiones, por lo que fue expulsado en el minuto 82. Unos 24.000 espectadores en El Balaídos.
El inicio del partido estuvo repleto de sensaciones contradictorias. Al cuarto de hora, el mejor Celta de las últimas semanas llevaba dos goles de desventaja. el dominio del juego, el control de la pelota se diluyó en efectividad de una Real Sociedad que anotó todo lo que se le puso a tiro. Se sentían cómodos los jugadores celestes, más preocupados por recuperar la identidad perdida en las últimas jornadas que en atrapar un gol por la vía rápida. Pero pronto se vieron obligados a pelear contra un marcador parcial excesivo.
Al Celta se le cruzaron los cables con el extraño penalti del minuto 12 que transformó Kovacevic. El jugador serbio se cruzó en el área con Penev y Djorovic y el árbitro madrileño Mejía Dávila fue cruel con los intereses del equipo vigués. Bajo los efectos del martillazo llegó el segundo gol de la Real Sociedad, un severo fogonazo de Idiáquez que condenó la indecisión de la saga celeste. Pocas veces habrá pescado tanto el equipo de Krauss con tan poca red.
Para un grupo tan linchado anímicamente como el Celta del último mes, la mejor noticia del día fue la entereza con que se reveló contra su destino. Siguió a lo suyo el equipo celeste, con el balón de aquí para allá y sintiéndose superior a su rival. Se lo tomó el Celta como de si una eliminatoria copera se tratara y sometió a la Real Sociedad a su fútbol. Aprovechó sobre todo las aperturas a las bandas del recuperado Mazinho, que explotaron Michel Salgado por la derecha y Revivo por el costado izquierdo.
De una acción espectacular de Revivo, que disfrutaba de la indulgencia de Fuentes surgió el gol que necesitaban los locales para creer en el milagro. El plan consistió en acortar las distancias antes del descanso, y Karpin lo logró cuando faltaban diez minutos y después de una internada del jugador israelí. Quizás, Bernd Krauss habrá añorado a López Recarte al ver como Revivo ganó la línea de fondo y soltó hacia atrás uno de esos balones que siempre encuentran a alguien que los enganche. Tuvo más problemas el grupo de Víctor Fernández cuando José Félix Guerrero se encargó de cerrar el carril derecho de la Real. Como lateral cumplió el ex jugador del Athletic un partido perfecto, que obligó a los de casa a buscar otros sitios por donde acercarse a Alberto. Desesperado, acabaría Revivo por irse a la ducha expulsado por el tarjetero Mejía -enseñó 12 cartulinas amarillas a lo largo del partido-, pero antes vería cumplido su equipo el segundo objetivo de su proyecto: igualar el marcador con tiempo para pensar en los tres puntos.
El empate, que atrapó Tomás en un remate de cabeza lejano, transformó el encuentro por completo. En favor del conjunto de Anoeta debe decirse que no consideró suficiente un punto. Abrió sus líneas y encontró soluciones en la velocidad de Sa Pinto y en la fuerza de Kovacevic. Al Celta, que tan bien se había sobrepuesto al susto inicial, le entró el pánico al ver tan próximo su objetivo y no logró a partir de entonces enganchar una sola jugada de tres pases. Con diez hombres sobre el campo y Mazinho de nuevo lesionado, el fútbol del Celta se tornó desesperado. Caldo de cultivo para el contraataque del equipo vasco, que sólo truncó un espectacular Dutruel.
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