_
_
_
_
BALONCESTO Semifinales de la Liga ACB

El Madrid no tiene gasolina

El Caja San Fernando, con todo a su favor para acceder a la final

Luis Gómez

El Madrid tenía el piloto encendido desde hace algunas semanas. Ofrecía síntomas preocupantes que han terminado por manifestarse con toda su crudeza en esta semifinal. Se notaba a los Albertos pasados de kilómetros, se apreciaba que el equipo no tenía pulso defensivo, la depresión de sus pivots era manifiesta...demasiados detalles como para resistir la dureza de los play offs. En estas, llegó el Caja San Fernando para llevarse dos victorias de Madrid: se mire por donde se mire, toda una barbaridad. El Madrid tiene la tensión baja y no parece en condiciones de dar réplica. No está para nadie.Visto el tropiezo del primer partido, al Madrid no le quedaba mejor remedio que zanjar rápidamente este segundo partido. Debía intentar que el Caja San Fernando se diera por satisfecho con lo ya obtenido y aceptara una tramitación burocrática del asunto. Para eso hacía falta saltar a la cancha con determinación; dicho de otra manera, poner cara de pocos amigos. Bastaron cinco minutos, sin embargo, para que el equipo sevillano se diera cuenta de que podía acercarse un paso más a la final.

REAL MADRID 68 CAJA S

FERNANDO 71Real Madrid: Lasa (8), Angulo (5), Herreros (16), Beard (11), Struelens (14) -cinco inicial-, Victoriano (4), Santos (3), Martin (7) y Luyk (-). Caja San Fernando: Turner (16), Schutte (2), Smith (10), Kornegay (6), Romero (17) -cinco inicial-, Odriozola (3), Díez (7), Bosch (8) y Fernández (2). Árbitros: Ramos, García Ortiz y Guillén. Sin eliminados. Señalaron técnica por protestar a Beard (m.10). Unos 4.000 espectadores en el pabellón de la Ciudad Deportiva. Semifinales de la Liga ACB, al mejor de cinco partidos. El Caja San Fernando aventaja al Real Madrid por dos victorias a cero. El tercer partido se disputará el próximo miércoles en Sevilla.

Más información
Un 2-0 inimaginable

Cinco minutos fueron suficientes para observar cómo el Madrid permitía muchos rebotes en su canasta, que dejaba hacer en defensa, que no tenía fuerza para dar un tirón en toda regla en el marcador. Era una forma de tomarle la temperatura, de apreciar que su tono vital no es el de hace unos meses, que su capacidad para hacer daño está muy limitada: se iba el Madrid por siete tantos y los perdía en breve tiempo; volvía a intentar marcharse y el Caja San Fernando remediaba la situación sin aparente ruido. En esas condiciones, el equipo sevillano adquirió plena conciencia de sus posibilidades.

No le hizo falta jugar con Turner a dedicación exclusiva, no debió rentabilizar la actuación excepcional de algún otro jugador. Al Caja le bastaba ponerse a defender como sabe hacerlo, una defensa ya muy mecanizada a estas alturas de la temporada, para dejar a su rival a la intemperie. En seguida, tomó la delantera en el marcador, disfrutó más tarde de una racha de triples (hasta 6) ante la contemplativa defensa madridista y amenazó con dejar el partido resuelto antes de lo previsto (22-31 al minuto 14).

Del Madrid iban quedando impulsos intermitentes, insuficientes para hacerse valer con rigor. Naturalmente, estaba Herreros, algo hacían de vez en cuando Beard y Struelens. Luego, por supuesto, algún triple de Victoriano para regocijo del personal. Pero nada, nada, que delatase un juego colectivo, una idea de equipo, una intensidad en el desarrollo del juego.

Bien es cierto que el Madrid salió del vestuario en el descanso con ánimo de dar un puñetazo en la mesa. Perdía 36-43 en el descanso y lograba darle la vuelta al marcador en tres minutos (46-43). Pero ahí se acabó su impulso: su caducidad, a la vista de los acontecimientos, no pasa de los cinco minutos.

A partir de ese momento, el Caja volvió a tomar el mando, con más suficiencia de la que señalaba el marcador. Un par de triples de Herreros mantuvieron la respiración del Madrid unos minutos, pero no se podía esperar mucho más. El tramo final fue pura rutina; la última jugada madridista, un verdadero desastre.

La semifinal parece resuelta. Sobran las frases hechas: al Madrid casi no le queda gasolina en el depósito. Llevaba jugando varias semanas con la luz roja encendida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_