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FÚTBOL 33ª jornada de Liga

El Oviedo acaba con su mala racha

El Extremadura quiebra su escalada

El Real Oviedo saborea un triunfo que se le resistía desde hacía diez jornadas y quiebra la racha positiva del Extremadura, que llevaba cinco semanas sin perder. Y además establece una diferencia que puede considerarse suficiente para enfrentarse al final de la Liga sin apuros. El resultado, sin embargo, es consecuencia de una sola jugada, la única que cabe recordar de un partido empastelado y, en cierta medida, angustioso para todos.La escapada de Eskurza por velocidad, seguida del pase a Fabio Pinto abrió la caja de las sorpresas cuando ya no quedaba tiempo para casi nada. Y además rompió un equilibrio que podía prolongarse durante días visto lo visto. El remate de Dubovsky fue muy celebrado en el campo y en el graderío, porque le daba una victoria al Oviedo en el momento oportuno, después de muchas semanas en las que el sólido equipo de la primera vuelta se había desmantelado y erraba por la Liga sin rumbo alguno.

OVIEDO 1 EXTREMADURA 0

Oviedo: Esteban; Eskurza, Moreno, Bango, Rabarivony; Iván Iglesias (Ania, m. 58), Nadj, Paulo Bento, Pompei (Fabio Pinto, m. 69); Dubovsky y Dely Valdés.Extremadura: Garpercic; Óscar, Kalla, Félix, David; Velamazán, Viaud (Pedro José, m. 33), Belenguer, Soto (Poli, m. 65); Expósito (Juanito, m. 81) y Gabrich. Gol: 1-0. M. 87. Jugada de Eskurza y Pinto, con remate de cabeza de Dubovsky. Árbitro: Iturralde González, del colegio vizcaíno. Mostró Tarjeta amarilla a Bango, Iván, Expósito, Rabarivony y Velamazán. 10.204 espectadores en el Carlos Tartiere.

La ineficacia y el miedo acosaron a los dos equipos hasta el extremo de que el juego entendido como un proyecto común encaminado a marcar goles, no existió. La única solidaridad fue en el sufrimiento, compartido por los dos equipos, y en el trabajo defensivo que fue mucho más agotador que el creativo. La actitud general fue siempre destinada más a restar que a asomar.

Los dos exhibieron, por tanto, sin ningún pudor todas sus carencias. El Oviedo, en cuadro, estuvo entregado media hora ante el ordenado sistema del Extremadura, pero antes del descanso se revitalizó, más por inercia que por fuerza, y acosó un par de veces por los costados, pero no dirigió bien los remates. Vázquez tuvo que recomponer el equipo por completo a causa de las sanciones de Onopko y de Manel y de la lesión poco antes de comenzar el partido del central César. Eso se tradujo en una pareja de centrales, Moreno y Bango, tan nueva como aparentemente vulnerable, pero a medida que pasaron los minutos fue asentándose. Pero el Extremadura, que se ampara aceptablemente en el medio y atrás, no se despliega con el vigor necesario en ataque. Aun así, un toque de Gabrich, después de una escapada de David, tuvo que sacarlo Rabarivony cuando iba camino del gol.

Después del descanso, el Extremadura cedió terreno e iniciativa para intentar un contraataque que no le salió. Se empequeñeció. El Oviedo parecía aceptar el envite del empate que tampoco era un resultado tan malo cuando se le ocurrió que con un poco de velocidad y de profundidad podía hacer daño. Poco antes de que llegase el tanto, Fabio Pinto anunció que era posible. Enseguida pudo demostrarlo con una interpretación exacta de lo que es una internada hasta la línea de fondo y un centro hacia atrás.

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