La Fiesta de la Diversidad se consolida como un acto cultural de referencia

La Fiesta de la Diversidad se cerró ayer con buen sabor, el sabor de la participación y la solidaridad. Cerca de 60.000 personas asistieron entre el viernes y el domingo a esta convocatoria cultural que promueve SOS Racisme. "Esto demuestra que la fiesta se consolida como una actividad de gran acogida entre los barceloneses", afirmó Pere Massanet, portavoz de la organización. Las novedades que se introdujeron en esta séptima cita de las culturas tuvieron mucha aceptación. "Los cortometrajes han funcionado muy bien, tanto por la calidad como por la presencia de público, que nos indica que vamos por buen camino", explicó. Por eso SOS Racisme, que vela por la igualdad y los derechos de los inmigrantes, se está planteando dedicar a la proyección de cortos un espacio propio, al margen de la fiesta. Massanet también se mostró satisfecho con "el eco social que han tenido las actividades para acabar con la guerra de Kosovo". SOS Racisme recogió miles de huellas dactilares como acto de repulsa a la guerra y a favor de la convivencia. Otro de los atractivos de la fiesta ha sido la utilización de recursos ecológicos en parte de la instalación, que se alimentaba de una fuente de energía natural ideada por un grupo de estudiantes de la Universidad Politécnica. Asimismo se aplicó la recogida selectiva de basura (con la colaboración del Ayuntamiento de Barcelona) y se establecieron tarifas diferentes en el alquiler de las casetas, en función del gasto que ésta hiciera de electricidad. Se trataba de controlar el abuso en el consumo. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, se paseó ayer por la mañana por los puestos multiculturales y constató que la celebración es ya más que una fiesta: "A partir de la diversión entran en contacto personas muy diferentes y se conocen las muestras de todas las entidades culturales y solidarias que participan", dijo Clos. Respecto a si Barcelona es una ciudad racista, afirmó que "al menos no quiere serlo y eso ya es algo". Muchos de los visitantes aprovecharon la entrada para pasar en el Moll de la Fusta todo el día y disfrutar de la música, las charlas y las comidas. Los puestos de gastronomía tradicional han estado repletos en todo momento. Marina Riera es una joven de 17 años que participó de la fiesta el sábado y repitió el domingo: "No me importa pagar, un día vine a los conciertos y hoy he vuelto para comer dulces marroquíes". Voluntarios David Pires es un portugués veinteañero y éste es su quinto año en la Fiesta de la Diversidad. "Vengo porque es divertido y porque conoces gente y haces amigos", decía. La asistencia masiva ha favorecido a las entidades que han participado. "Actos como estos son necesarios y beneficiosos porque la gente es curiosa y aquí tiene la oportunidad de acercarse a la problemática de otros países. Y de concienciarse, porque también vienen personas a ofrecerse como voluntarios", explicaba Puri, una voluntaria de Intermón. Por los escenarios de la fiesta pasaron los artistas y grupos Paul Fuster, Kocani Orkestar, Azucarillo Kings, Jazz el Destripador, Nel.lo y la Banda del Zoco, Dos Gardenias y Brasil Samba Cor. Música para gustos diversos. El éxito continuado hace que los organizadores sean cada vez más exigentes y ya están pensando en las novedades que aportarán el año próximo.