La alegación del PSPV tacha de "abuso de poder" el plan de El Cabanyal. Noguera critica el silencio de Cultura en torno al plan de El Cabanyal
El plan del Ayuntamiento de Valencia para el barrio de El Cabanyal constituye un "abuso de poder", según el PSPV, que ayer presentó su alegación al proyecto y se dirigió al consejero de Cultura de la Generalitat para pedirle que lo paralice. La alegación de los socialistas se suma a las auspiciadas por la plataforma Salvem El Cabanyal, que ha logrado presentar ya más de 20.000 y que espera llegar a las 100.000 alegaciones. Los socialistas instan al gobierno municipal del PP, que preside Rita Barberá, a retirar el plan, que incluye la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez y que supondría la partición de El Cabanyal, la destrucción de centenares de viviendas y el desalojo de miles de vecinos. La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia y candidata a la alcaldía, Ana Noguera, explicó ayer que la alegación presentada contra el plan del barrio de El Cabanyal persigue la retirada del proyecto, para lo cual los socialistas se han dirigido también al consejero de Cultura de la Generalitat, Manuel Tarancón. "En la carta le recordamos al consejero que El Cabanyal fue declarado Bien de Interés Cultural", dijo Noguera, quien añadió que la misiva remarca el "absoluto silencio administrativo y político" de la Consejería de Cultura, que calificó de "incomprensible", ante un proyecto que entra de lleno en las competencias de ese departamento autonómico, que tiene la "obligación" de proteger los bienes culturales y el patrimonio valencianos. El escrito añade que la "dejación de competencias" que supone el silencio de Cultura al no suspender la ejecución del plan, "no sólo invalidaría el proyecto, sino podría ser constitutiva de colaboración en un acto administrativo tácito dictado con prevaricación, al conocerse la ilicitud de las pretensiones y consentirlas desde el silencio". La alegación del PSPV al plan de El Cabanyal señala que el proyecto vulnera dos textos legales: la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística y la Ley de Patrimonio Cultural. Los socialistas recuerdan en su alegación que la primera de estas leyes establece "la protección del patrimonio arquitectónico y del medio ambiente y el paisaje rústico o urbano, conforme a la percepción y vivencia colectiva de los mismos". El barrio de El Cabanyal-Canyamelar se convertirá "en una burda reproducción de modelos despersonalizados pero al servicio de otros núcleos", según los socialistas, que añaden que "el paisaje marítimo se convertirá en una cortina de ladrillo" y que el conjunto urbano "perderá las señas de identidad". "Intrínseca ilegalidad" Los socialistas rechazan el plan por su "intrínseca ilegalidad", por la inoportunidad de la estructura del territorio afectado y especialmente porque "el rechazo de las personas que deben sufrir las consecuencias que derivarían de su ejecución es un factor determinante para que, en un estado democrático y de derecho, su voluntad sea respetada por encima de cualesquiera otras consideraciones". En relación con esta última cuestión, Ana Noguera dijo ayer que nunca antes, desde la reinstauración de la democracia en los ayuntamientos, había habido tanta "contestación social" a un proyecto. La candidata socialista criticó al gobierno popular por no atender las razones de los vecinos y le echó en cara su "insensibilidad democrática". Noguera indicó que la alcaldesa hace "uso y abuso" de los votos democráticos de los ciudadanos y añadió que su gestión es la de un gobierno "absolutista". "Lo mínimo que debe hacer el Ayuntamiento", agregó, "es por lo menos atenderlas y escucharlas y no sacarse argumentos de la manga para rechazar las alegaciones".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.