Un rincón para todos

Romper las distancias que separan a los ciudadanos con problemas de marginación de quienes no los sufren. Esa es la filosofía del Rincón del Encuentro, un nuevo local para personas sin hogar que la asociación RAIS, editora de la revista de calle También contamos, abre hoy en Acuerdo, 20 (Centro). En él se organizarán cada día, de lunes a viernes, de 9.00 a 21.00 horas, talleres de teatro, escritura, pintura, debates, actuaciones y sesiones de cine. Hay también una biblioteca. Con una peculiaridad: estas actividades no van dirigidas sólo a los sintecho, cualquiera puede participar en ellas.Carmen Sacristán, portavoz de la asociación que ha puesto en marcha el local, explica que lo que se pretende es que personas sin hogar compartan su tiempo con otras que disponen de casa, trabajo y familia. "Es muy difícil salir del bache si sólo te rodeas de gente que está en tu misma situación", explica.

¿Y qué le puede llevar a un ciudadano que sólo conoce la marginación por los periódicos a participar en la programación del local?. Sacristán reconoce que, en un primer momento, la curiosidad. "Pasan por la calle, ven que hacemos actividades en un espacio acogedor y se preguntan quienes somos, luego la convivencia hace el resto y se descubre el valor de cada persona, al margen de los estereotipos", añade. "Queremos romper con la idea de un sitio exclusivo para marginados", concluye.

La iniciativa, subvencionada por Caja de Madrid y el Gobierno regional, no surje de una idea utópica. Se basa en una experiencia que existe desde hace ocho años en París y cuyo promotor, el dominico navarro Pedro Meca, asesora a la asociación RAIS.

El recinto de La moquette, en la rué de Gay Lussac se ha convertido en un espacio de referencia para los sintecho de la capital francesa. "Ofrecemos a gente con una autoestima muy baja la posibilidad de demostrar lo que vale, algo muy difícil si sólo se mueve en círculos de marginación", afirma Meca.

Algunas actividades que se desarrollarán en El Rincón ya se celebraban en el local contiguo donde se elabora la revista También contamos, vendida por personas sin recursos. Una de ellas es el taller de teatro.

Ángel Gálvez, de 49 años, es uno de los incondicionales de este cursillo del arte de Talía. Divorciado, vive en una pensión y vende la revista en los períodos de paro. Junto a este confeso enamorado del teatro y la literatura acuden al taller otros diez alumnos. Algunos viven en albergues y llevan años sin saber lo que es un trabajo. Otros están saliendo del agujero al que caía su vida. Hay incluso quien nunca ha conocido la pobreza. Es una muestra de la mezcla y la heterogeneidad que se quiere para el centro.