Schumacher revoluciona Imola

El día fue grande para los aficionados italianos. Habían esperado 16 años (desde 1983 con Patrick Tambay) para poder ver ganar a un Ferrari en casa. Pero valió la pena. El piloto alemán Michael Schumacher realizó una carrera impresionante y acabó subiendo a lo más alto del podio en el Gran Premio de San Marino, que se disputó en el circuito Enzo y Dino Ferrari, en Imola (Italia). Schumacher atravesó la línea de meta por delante del escocés David Coulthard (McLaren-Mercedes) y del brasileño Rubens Barrichello (Stewart-Ford), y después realizó la vuelta más lenta jamás dada al circuito, con el fin de disfrutar del momento ante miles de tifosi enardecidos por aquella victoria. Fue un día especial, puesto que, además, se cumplían cinco años de la muerte en Imola del legendario piloto brasileño Ayrton Senna.El Gran Premio de San Marino aligeró la carga de responsabilidad de los Ferrari en este campeonato del mundo porque demostró que los bólidos rojos están cada vez más cerca tecnológicamente de los grandes dominadores de los últimos años, los McLaren-Mercedes de Mika Hakkinen y David Coulthard. Schumacher pasa a ser líder del Mundial tras esta victoria, con 16 puntos, y aventaja en 4 a su compañero de equipo, Eddie Irvine, y en 6 al vigente campeón, Hakkinen.

Sin embargo, el triunfo de Ferrari se fundamentó tanto en un colosal error de pilotaje de Hakkinen, como en la perfecta estrategia establecida desde boxes por los responsables de la marca italiana. La carrera comenzó con un claro dominio de los McLaren y con Hakkinen como líder incuestionable. El finlandés puso distancia entre su coche y el del alemán -más de 14 segundos-, hasta que en la 17ª vuelta cometió un error increíble en un piloto de su experiencia. Su coche salió ligeramente de la pista y tocó la hierba en una curva, y al intentar rectificar perdió el control y acabó estrellándose en el muro de protección. "Fue un fallo mío", reconoció el propio piloto. "Todo pasó muy rápidamente. La rueda trasera se subió al bordillo, y ya no he podido controlar el coche", agregó el finlandés. Ahí acabó su carrera y ahí comenzó la de Schumacher. El liderato quedó en manos de Coulthard, pero desde el primer momento pareció claro que el escocés no estaba preparado para soportar la presión a que le sometía Schumacher. La distancia era de cuatro segundos y se iba reduciendo, hasta que el alemán entró en boxes a repostar (lo hizo en 6,9 segundos), pero no llenó su depósito.

De esta forma acosó constantemente al escocés, hasta que éste entró en boxes y perdió el liderato de la prueba. Schumacher volvió a repostar, pero no perdió ya la cabeza de la carrera. "Ha sido una victoria del equipo", afirmó el alemán.

Gené, noveno

Los pilotos españoles corrieron suerte dispar. Mientras que Pedro Martínez de la Rosa abandonó cuando sólo había disputado cinco vueltas, Marc Gené finalizó en novena posición, pero a tres vueltas del ganador."Hoy por la mañana, tras los entrenamientos libres, los mecánicos cambiaron los reglajes, subiendo un poco el coche", explicó el piloto de Sabadell. "No sé por qué lo hicieron. Después, en la vuelta de reconocimiento, el coche se me iba de atrás, pero ya no podía hacer nada. Estaba en la parrilla". La carrera para Marc fue como un paseo lento por el circuito. "No podía hacer nada más, el coche no tenía estabilidad". En la vuelta 23ª, Gené tuvo un percance con el compañero de De la Rosa en el equipo Arrows. "Toqué a Takagi cuando quiso adelantarme. Se me desllantó la rueda trasera izquierda y tuve que ir a boxes".

La carrera de De la Rosa duró muy poco. En la quinta vuelta acabó, después de chocar con Alexander Wurz (Benetton). "Hice una buena salida, pasé a Wurz, y me situé en la 18ª posición. Jarno Trulli me echó de la pista en la primera curva y eso afectó a mi coche. Se me iba de morro y hacia los lados. Pero en la quinta vuelta Wurz se pasó de frenada y me tocó. La dirección se rompió".