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Las pantallas protectoras del viaducto no logran evitar un suicidio

Un joven de 25 años se suicidó en la mañana de ayer al arrojarse desde el viaducto de la calle de Bailén (distrito Centro). La víctima cayó sobre la acera. El Samur trató, sin éxito, de reanimarle durante varios minutos. Se trata del primer fallecido en el viaducto desde que en noviembre del año pasado se colocaron, precisamente para evitar los suicidios, las pantallas de cristal -de 2,10 metros de altura- a ambos lados del puente. La obra costó 65 millones de pesetas y se ejecutó en cuatro meses.

El propósito que perseguía el Ayuntamiento de Madrid con las pantallas es impedir que el puente madrileño, de más de cuarenta metros de altura, continuará "sirviendo de referencia" a quienes intentaban quitarse la vida. Las protecciones son de vidrio transparente para evitar que dificulten la visibilidad del entorno.

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