La OTAN sella con los países vecinos de Yugoslavia un pacto contra Milosevic
La Alianza Atlántica concluyó ayer la cumbre en la que ha aprobado su nueva doctrina estratégica para el siglo XXI con la firme determinación de probar en Kosovo su derecho a la intervención para combatir el genocidio. Los líderes aliados se reunieron al máximo nivel con los representantes de los vecinos de Yugoslavia para establecer un cerco de acero en torno al régimen de Slobodan Milosevic. La Alianza les dio garantías de seguridad frente a cualquier represalia que pueda adoptar Milosevic contra ellos por su colaboración con la OTAN. A la vez, la UE anunció su propósito de financiar una especie de nuevo Plan Marshall para la región.
"Si Belgrado desafía a sus vecinos por la presencia de la OTAN, responderemos", garantizó un firme Bill Clinton a los representantes de Eslovenia, Croacia, Bosnia, Macedonia, Albania, Bulgaria y Rumania, cuya colaboración para asfixiar militar y políticamente a Milosevic quedó ayer sellada en Washington. Todos estos países han permitido u ofrecido el uso de su territorio o de su espacio aéreo para la campaña aliada. Dos de ellos en particular, Albania y Macedonia, sufren las consecuencias de la deportación masiva de albanokosovares ordenada por Belgrado. El presidente macedonio, Kiro Gligorov, insistió en que "hay que preservar las fronteras y salvaguardar el modelo multiétnico". Al apoyo militar que la OTAN ofreció a estos países se unirá un gran programa de reconstrucción y desarrollo para los Balcanes, que se propone financiar la UE. La campaña militar contra el régimen de Milosevic fue apoyada por los más de cuarenta países que asistieron durante tres días a la cumbre de Washington, con la excepción de Ucrania. Clinton subrayó anoche esta masiva convergencia de criterios para conseguir el retorno de los albanokosovares a sus casas y el despliegue de una fuerza multinacional en Kosovo que les garantice su seguridad. La OTAN pretende seguir bombardeando Yugoslavia las 24 horas del día y, mientras discute si hay o no ofensiva terrestre, va a imponer un embargo petrolero a Belgrado, que ayer pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que detenga la campaña aliada.
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