Stankovic y Biagini funden al Athletic

El Athletic sufrió un descalabro monumental en el Luis Sitjar y se aleja de forma irremisible de las competiciones europeas. El Mallorca, que vuelve a meterse en la lucha por un puesto en la Liga de Campeones, le desahució con una autoridad y suficiencia bochornosas para un club histórico como el vasco. El calor de la isla derritió las ideas, las ganas y entereza de un equipo bilbaíno que pasó vergüenza durante toda la tarde. Hasta su indumentaria -la clásica camiseta rojiblanca, pero con un pantalón verde chillón- dejó que desear en una tarde ingrata para los hombres de Luis Fernández. La sociedad Stankovic-Biagini, que ya resolvió el paso a la final de la Recopa ante el Chelsea, surgió en todo su esplendor ante el Athlétic. Tres internadas por la banda del balcánico y tres goles del argentino nacionalizado español. La defensa vasca no se enteró en toda la tarde de lo que estaba ocurriendo en su banda izquierda. Por allí se fraguaron cuatro de los seis goles mallorquinistas, y sólo el tanto de Ibagaza -un auténtico golazo- se gestó por el centro. Pero daba lo mismo. Algo tienen el clima insular, el mar o el calor, que descompone al Athlétic. Ya le ocurrió lo mismo la pasada temporada, donde encajó un 4-0 espectacular. Lo peor que le puede pasar a un equipo es que se le pierda el respeto tan pronto. Desde el 1-0 (m. 2), los "olés" , cánticos y celebraciones en las gradas fueron incesantes. Los "leones" no asustaban a nadie. Pero lo más llamativo ocurrió en el banquillo. Luis Fernández tardó 72 minutos en intentar arreglar el desaguisado, y no fueron pocas las voces que se alzaron para criticar la alineación que presentó en Palma, ya que no empleó desde el principio a jugadores importantes como Ezquerro y Joseba Etxeberría. El Mallorca, en cambio, jugó de libro, y a ratos abusó del Athlétic. La ausencia del argentino Gustavo Siviero en el eje de la zaga ni se notó, porque Javier Olaizola cumplió a la perfección su cometido. El ataque vasco brilló por su ausencia, y el único recurso ofensivo visitante fue la cabeza de Urzaiz. Muy poco bagaje para inquietar a la defensa menos batida de Europa. El Mallorca continúa con su fiesta, iniciada el pasado jueves tras eliminar al Chelsea y clasificarse para la final de la Recopa. Si no aparece Dani, surge un Biagini espléndido; si no está Paunovic, le sustituye un Caño Ibagaza brillante, que marcó un gol que habría firmado el mismísimo Maradona. Despachó con media docena de goles al Athlétic y vuelve a pugnar por un sitio en la Liga de Campeones. El técnico rojiblanco, Luis Fernández, abandonó el campo con un semblante muy serio, con cara de pocos amigos. Los seis goles pesaron como un losa en el ánimo vasco y así lo entendieron sus jugadores, que se fueron a los vestuarios sin hacer declaraciones.