Encierro de padres contra una gasolinera situada frente a un instituto de Aguadulce

Un grupo de padres de alumnos del colegio público Blas Infante de Aguadulce -dependiente del municipio de Roquetas de Mar- han pasado la noche encerrados en el centro para protestar por la construcción de un edificio de pisos que bloquea la única entrada que tiene el colegio, situado en una calle sin salida y por la construcción de una gasolinera cerca de un instituto. El instituto, que está previsto que comience a funcionar el próximo curso escolar, acogerá a partir de mediados de septiembre a unos 600 estudiantes procedentes de los cuatro colegios que actualmente hay en Aguadulce. Los padres, que llevan varios días realizando actos de protesta, consideran un grave riesgo para la seguridad de sus hijos la instalación de una gasolinera justo al lado del instituto. La instalación de esta gasolinera afecta en total a unos 1.800 chavales ya que, en la misma calle en la que se está construyendo, además del colegio público Blas Infante y del nuevo instituto, se encuentra también ubicado el antiguo instituto de Aguadulce. En cuanto al edificio de 38 viviendas que se está construyendo delante de la única entrada que tiene el colegio Blas Infante, la APA de este centro critica que hace imposible el acceso al centro. "Hoy mismo (por ayer) los niños tenían previsto realizar una excursión y ha sido imposible que los autobuses pudiesen llegar hasta las puertas del colegio", explicaba ayer Isabel Navarro, vocal de la asociación de padres. Al margen del encierro, los padres tenían previsto hoy retrasar la entrada de sus hijos al colegio durante un cuarto de hora. Además, han recogido unas trescientas firmas que respaldan un escrito de protesta dirigido al Ayuntamiento de Roquetas de Mar.