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Los primeros 5.000 vecinos llegarán en el 2003

Antonio Jiménez Barca

La primera piedra de la futura miniciudad de Sanchinarro la puso ayer el alcalde. ¿Y la última? No se sabe. Pero la fecha en la que los primeros vecinos desembarcarán en este barrio del norte de la ciudad sí existe: abril del 2003. Para esa fecha se podrán entregar 5.000 de las 12.000 viviendas con las que contará este nuevo barrio, situado al norte de la ciudad y cuyo tamaño es similar al de 350 campos de fútbol. Ayer se iniciaron las obras de urbanización (calles, instalación de los servicios de luz, gas, teléfono, agua...), que se prolongarán durante los próximos tres años. Puestas en fila las conducciones de todos los servicios se quedarían a sólo 20 kilómetros de Ciudad Real. De estas infraestructuras se aprovecharán los 36.000 habitantes que residirán en un futuro en Sanchinarro (tantos vecinos como en Soria).

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El nuevo barrio privado tendrá 65 calles y 15 glorietas y 800 bancos para que se sienten los viandantes. Estará iluminado por 2.110 farolas y adornado con 21.570 árboles. Las zonas verdes con las que contará el nuevo barrio se completarán con 78.000 metros cuadrados de pradera (equivalente a 78 campos de fútbol) y 161.000 arbustos. En la construcción de calles, glorietas y la instalación de las conducciones por las que llegarán los distintos servicios trabajarán cerca de 3.000 obreros durante tres años.

Esta ingente obra moverá una cantidad de dinero también ingente: la inversión total de Sanchinarro rondará los 150.000 millones de pesetas. El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, recalcó ayer que esta cifra excede la de la inversión llevada a cabo por la Comunidad de Madrid en la ampliación del metro de la capital.

El dinero que absorberá el nuevo barrio de Sanchinarro es, casi en su totalidad, de las empresas privadas que intentarán hacer el gran negocio en los albores del siglo XXI. El Ayuntamiento pone sólo 2.276 millones de pesetas. En el caso de la ampliación del metro ha sido la Comunidad la que ha invertido los 150.000 millones.

Los nuevos edificios no superarán los siete pisos. El alcalde insistió ayer en que ésta es la altura para que la ciudad se vuelva humana. "En las grandes torres de pisos, los vecinos no se conocen unos a otros, y esto no es humano", explicó el alcalde.

Sanchinarro también contará con un centro comercial Hipercor a un paso de la M-40, 15 colegios, centros culturales y hasta con un parque "oloroso para invidentes", según adelantaron ayer los responsables del diseño urbanístico del barrio.

No todo lo que ahora se asienta en los terrenos de Sanchinarro desaparecerá: quedarán en pie el convento de las hermanas de santa Catalina, una industria de viveros, la parroquia de los padres dominicos, un hotel y un colegio.

Las previsiones que se manejaban ayer entre empresarios, políticos y promotores inmobiliarios apuntaban a que todo estará terminado en el 2005.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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