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FÚTBOL Semifinales de la Liga de Campeones

El Manchester toma Turín

Los ingleses remontan un 2-0 y construyen junto al Juventus un partido memorable

No fue el partido de todos los tiempos, pero casi. Turín presenció un duelo maravilloso, enorme, memorable: de fútbol directo y ambicioso, un ritmo desbocado y desenlace incierto. Sin trampas defensivas. Venció con justicia el Manchester, que supo levantarse a un comienzo tortuoso e imponer su mágico sello, pero el Juventus cayó con dignidad y orgullo, vendiendo muy cara su defunción como equipo de los noventa. Su demoledor arranque le habría bastado a cualquiera para liquidar la cuestión, plantarse por cuarta vez consecutiva en la final de la Liga de Campeones y desmentir a sus enterradores. Y ciertamente le habría sido suficiente de no andar por medio el Manchester United, un equipo divino que ondea la propuesta futbolística más saludable del planeta: no dobló la rodilla ayer con el 2-0 porque no sabe, porque siempre reacciona con indiferencia ante el resultado y juega en todos los casos con un fanatismo extremo a su estilo: devoción por el balón, culto a las bandas, ritmo infernal y ataque directo y constante.

JUVENTUS 2

MANCHESTER 3Juventus: Peruzzi; Birindelli (Amoruso, m. 46), Ferrara, Iuliano (Montero, m. 46), Pessotto; Conte, Deschamps, Davids, Di Livio (Fonseca, m. 78); Zidane; e Inzaghi. Manchester United: Schmeichel; G. Neville, Johnsen, Stam, Irwin; Beckham, Keane, Butt, Blomqvist (Scholes, m. 67); Yorke y Cole. Goles: 1-0. M. 6. Zidane envía una rosca cerradísima desde la izquierda e Inzaghi, que le gana el segundo palo a Neville, empuja a la red. 2-0. M. 11. Pessotto profundiza para Inzaghi, que controla, amaga y dispara con la izquierda. El balón tropieza en Stam, se envenena y supera a Schmeichel por arriba. 2-1. M. 24. Beckham saca un córner desde la izquierda y Keane, de cabeza y desde el primer palo, marca. 2-2. M. 34. Neville envía en largo para Beckham, que le deja el balón con la frente a Cole, éste templa al segundo palo, y Yorke cabecea a placer. 2-3. M. 83. Yorke se planta solo ante Peruzzi, que le derriba tras el regate. Cole sigue la jugada y marca antes de que el árbitro sancione el penalti. Árbitro: Meier (Suiza). Mostró tarjeta amarilla a Keane, Davids y Scholes. Estadio Delle Alpi. Semifinal de la Liga de Campeones, partido de vuelta. Clasificado el Manchester United por el resultado global de 4-3 (1-1, en la ida). La final se jugará el 26 de mayo en el Camp Nou de Barcelona.

Ancelotti, el técnico del Juventus, repitió el planteamiento de Old Trafford, con un solo delantero y un blindaje a Beckham entre Pessotto y Di Livio, y el plan le reportó beneficios jugosos a las primeras de cambio. Entre las maniobras de Zidane, las cabalgadas de Di Livio, el orden general y los desmarques imparables de Inzaghi, el Manchester se encontró a los diez minutos con dos goles en contra y la eliminatoria en la papelera.

Lejos de rendirse, el Manchester se sumó a la fiesta tan decidido como el Juventus a engrandecer la reunión. Se lanzó al vacío sin medir riesgos, se apegó a su estilo en suma. Los movimientos diabólicos de Cole y Yorke, su poder aéreo, las llegadas por los costados y el temple de Beckham le complicaron la vida al Juventus, que no supo o no quiso enfriar el partido.

Se dejaron también llevar los italianos por el aire trepidante del partido, aceptaron el ritmo descomunal y pelearon la eliminatoria sin trampas ni argucias ventajistas, a pecho descubierto. Del tono supersónico que adquirió la reunión, de la permanente ida y vuelta, salió favorecido el Manchester, que alcanzó el empate a diez minutos del descanso.

Ancelotti aumentó su nómina de delanteros en la segunda mitad (primero con Amoruso y luego con Fonseca) y la cita, aunque algo mermada por el bajón físico, siguió desbocada y grande. El gol volvió a rondar con insistencia las dos porterías, y se quedó finalmente en la de Peruzzi. Cole marcó a última hora, cerró el litigio y metió a su equipo al fin en la final de este torneo después de 31 años. Fue en 1968 cuando el Manchester ganó su única Copa de Europa, tras doblegar en la final, con prórroga incluida tras el 1-1, al Benfica por 4-1. Y será 14 años después cuando un equipo inglés vuelva a plantarse en una final de la Copa de Europa. En 1985, Liverpool y precisamente Juventus jugaron una final de triste recuerdo en Heysel, en la que murieron 39 personas, y que ganaron finalmente los italianos de penalti por 1-0.

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