Sainz pierde sus opciones

La segunda etapa del Rally Cataluña-Costa Brava, quinta prueba del Mundial, comenzó fatal para el santanderino Chus Puras y supuso otro revés para el madrileño Carlos Sainz (Toyota). Puras, líder tras la primera etapa, se vio forzado al abandono al no lograr poner en marcha su coche en la salida en Lloret. Su desesperación e impotencia fueron notables y ni él ni sus mecánicos se explicaban lo que ocurrió. El doble campeón mundial, en cambio, sufrió un ligero despiste, destrozó la parte delantera derecha de su coche y tuvo que concluir con la rueda muy deteriorada el penúltimo tramo de la jornada de ayer (Gratallops-Escaladei de 45,8 kilómetros). Cedió allí un minuto y 13 segundos al líder de la prueba, el francés Philippe Bugalski (Citroën Xsara). Fue una circunstancia definitiva, que deja al piloto español prácticamente sin opciones de conseguir el triunfo. Bugalski, que corre con un kit car (un coche más ligero que los del Mundial y con tracción en dos ruedas) lleva ahora una ventaja de 17 segundos sobre el francés Didier Auriol (Toyota Castrol) y de 1 minuto y 43 segundos sobre Sainz. Las circunstancias, sin embargo, se aliaron ayer con el piloto madrileño. La situación no es desesperada para él. La mayor parte de los pilotos que luchan por el título sufrieron percances que les colocaron en una situación aún más problemática. Tommi Makinen, vigente campeón y líder del Mundial, fue penalizado con un minuto por adelantarse en la salida en la cronometrada de Prades (primera especial de la jornada). Una célula fotoeléctrica situada a 40 centímetros de la línea de salida le delató, al igual que a Burns, Rovanpera y Vinyes. Makinen pasó por ella dos décimas de segundo antes de que concluyera la cuenta atrás y de que el semáforo se colocara en verde. Ya le ocurrió el mismo problema en Australia el año pasado, pero allí recurrió y no se le pudo sancionar porque el detector no figuraba aún en el reglamento. Esta temporada se ha incorporado a la normativa y la sanción es prácticamente inapelable.

A ese incidente se unió otro para el finlandés. En el mismo tramo en que Sainz se encalló, Makinen sufrió un pinchazo y cedió 41 segundos, que cayeron como un auténtico maná para el piloto español. Además, el escocés Colin McRae (Ford Focus), segundo en el Mundial, quedó ya absolutamente descartado. Su coche volvió a parársele en aquél fatídico tramo de Gratallops y, aunque luego pudo concluir la cronometrada, llegó con 5 minutos y 27 segundos de retraso respecto al ganador. De los cuatro pilotos que luchan por el Mundial (seis puntos separan a Makinen, primero, y Sainz, cuarto) sólo Auriol supera a Sainz y aspira a ganar la prueba. La segunda etapa se desarrolló por completo en tierras de Tarragona, a temperaturas más elevadas y con bastante menos público en los tramos. Sin embargo, las cosas no cambiaron mucho para el líder de la prueba, el francés Bugalski, que ganó tres de las seis cronometradas de la jornada.

Sainz se mantuvo en la pugna por el liderato hasta la penúltima especial. "Podía pasarle a cualquier otro", pudo escucharse que le comentaba Moya al piloto madrileño, de 37 años, en el momento en que la parte delantera derecha de su coche sufrió un notable impacto. "Venga, a ver si podemos acabar la prueba. Faltan 12 kilómetros", agregó. Su Toyota presentaba algunos desperfectos en esa zona y el pésimo estado del neumático evidenciaba los motivos por los que Sainz perdió más de un minuto. "Mi objetivo es ahora mantener esta tercera posición", comentó Sainz al final de la etapa. "El coche funciona, pero la distancia con Auriol, segundo, es demasiado grande".

Clasificación general: 1. Bugalski (Citroën Xsara), 3 horas 14 minutos 33 segundos. 2. Auriol (Toyota), a 17,7s. 3. Sainz (Toyota), a 1m 43,5s. 4. Loix (Mitsubishi), a 1m 48,6s. 5. Makinen (Mitsubishi), a 2m 09,2s. 6. Burns (Subaru), a 3m 17,6s.