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Pensó en Andalucía

MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZEl debate sobre el adelanto electoral en Andalucía ha quedado cerrado. No habrá tal. Ha durado cuatro meses y lo propició el propio presidente Chaves al referirse en Bruselas a su deseo de no hacer coincidir las elecciones andaluzas con las generales, pero también y, sobre todo, se alimentó en el seno de su propio partido en el que a algunos se le encendieron lucecitas y vieron en el adelanto y la oportunidad de hacer coincidir las autonómicas con las municipales la posibilidad de que unas tiraran de otras y los resultados de las municipales se beneficiaran de la circunstancia. El PSOE, según las denuncias de la oposición, estaba actuando de manera partidista y pensando más en sus votos que en el interés general de Andalucía. La oposición, al hacer la denuncia, pensaba en lo mismo y por supuesto temía que, efectivamente, el PSOE estuviera calculando bien y por tanto si él salía beneficiado, los demás salieran perjudicados. Todos los partidos en este asunto han actuado de acuerdo a sus intereses y cada cual ha intentado defenderlos sin que a los ciudadanos eso les escandalice, porque los partidos tienen entre otras obligaciones, la de defender y tratar de aumentar sus votos en cada ocasión electoral. Mientras los partidos, y sobre todo el suyo, presionaban al presidente, éste callaba. El PSOE pensaba en sus votos, y si la oposición aseguraba que Chaves no tendría en cuenta los intereses de Andalucía si adelantaba las elecciones, habrá que convenir, a juzgar por la decisión de no hacerlo, que el presidente andaluz ha pensado, sobre todo, en Andalucía al anunciar que no ha encontrado razones para hacer coincidir las autonómicas con las municipales. Lo cierto es que por muchas que hubiera encontrado, le habría costado trabajo explicar una decisión contaminada de interés partidista y directamente en contra de la conquista histórica del 28-F. La oposición, tras el anuncio de Chaves, se ha lanzado a la crítica, porque no ha hecho lo que no quería que hiciera. Pero el deber y el derecho de la oposición es no estar de acuerdo, pase lo que pase. El deber de quien gobierna es acertar y el Chaves, con su decisión, ha acertado. Pensó en Andalucía.

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