Pesadilla en Barajas
El pasado miércoles 7 de abril tuve la suerte de tener que viajar a Las Palmas por razones profesionales, por lo que adquirí un billete de Iberia en el que dicha compañía se comprometía a llevarme a ese destino mediante el vuelo IB-0804, con hora de salida a las 12.10. A las 10.50 llegué al aeropuerto de Barajas (territorio Iberia), donde, a cambio del billete, me entregaron una tarjeta de embarque que marcaba como hora límite del mismo las 11.40, sin que en pantalla apareciera ninguna anomalía. A las 12.20 el vuelo desaparece de las pantallas y cuando intento conseguir información es cuando empieza la pesadilla. Enumerar el cúmulo de despropósitos, falta de información, ineptitud del llamado personal de tierra, capitaneado por la señorita P.Q., desde esa hora hasta las 18.20, en que se procedió al embarque, sería escribir una novela de suspense.
El embarque se produjo en un B-747 con el pasaje de tres vuelos anteriores, y puedo asegurarles que cualquier embarque de ganado porcino se hace con más profesionalidad y delicadeza que en el que nos vimos envueltos más de cuatrocientas personas. Una vez en el avión, el comandante Delgado nos entretuvo con una "cuña publicitaria" del SEPLA, contándonos las virtudes de Iberia, que había sacado de sus hogares a la tripulación y que además no se ponían de acuerdo con la torre de control, que les daba una demora de más de dos horas para el despegue; no obstante, él iba a intentar que la salida fuera en menos tiempo. Despegamos a las 19.03 y tomamos tierra en la isla a las 21.19 (hora peninsular). Los trámites de recogida del equipaje se prolongaron hasta las 22.31 (hora peninsular). Salí del aeropuerto y me consideré una persona feliz, ya que había sobrevivido en territorio Iberia 12.41 horas.-
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