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Dos atracadores, detenidos al ir a asaltar un local del Port Olímpic

Agentes de los Equipos de Delincuencia Organizada de la Guardia Civil de Barcelona y Calella (Maresme) detuvieron en la noche del sábado al domingo a dos peligrosos atracadores -que acumulan 50 detenciones y un homicidio- cuando se disponían a asaltar un local del Port Olímpic de Barcelona. Los dos presuntos delincuentes, Pedro S. P., de 43 años, y Eugenio F. C., de 46, iban armados con un revólver Colt y con una escopeta recortada. La Guardia Civil le achaca a Pedro S. la comisión de 39 delitos y 11 a su compinche. La mayoría de estas acciones delictivas son robos y atracos, pero uno de ellos es el homicidio, en 1995, de un guarda jurado de una empresa de La Garriga (Vallès Oriental). Los hombres del capitán Antonio Verger, jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Cataluña, venían siguiendo la pista de los dos atracadores desde 1995. "Se trata de dos personas que se habían especializado en robos con fuerza en empresas y en atracos a establecimientos de hostelería y gasolineras. Utilizaban siempre una violencia desmedida para conseguir sus objetivos y no dudaban a la hora de tirar de pistola", señala el mando de la Guardia Civil. Terrazas concurridas La madrugada del domingo, los agentes localizaron a los dos hombres cerca del Port Olímpic. Sabían los guardias que aquellos iban siempre armados y pensaron que, en aquel momento, se dirigían a cometer algún atraco en cualquiera de los locales de la concurrida zona. A la una de la madrugada del domingo, las terrazas de los bares y restaurantes del Port Olímpic estaban a tope de gente y los guardias tenían que actuar de forma rápida para no dar tiempo a que los supuestos delincuentes sacaran sus armas y, con ello, poner en peligro la integridad y la vida de las personas que tranquilamente estaban pasado una noche de relajo. En las inmediaciones de la estación meteorológica, en uno de los extremos de la plataforma superior del Port Olímpic, 10 agentes de la Guardia Civil se tiraron encima de los dos hombres y les inmovilizaron. Los agentes que participaron en la refriega se emplearon con contundencia, porque los dos detenidos opusieron mucha resistencia. "Es normal que se resistieran: les iban muchos años en el empeño", señala un agente. El capitán Verger, que estaba al frente del operativo, señala que se actuó con rapidez y contundencia "para evitar un tiroteo. No tuvieron tiempo de sacar sus armas." Los paseantes no se enteraron de nada. "Seguramente, les dio la impresión de que se trataba de una trifulca entre borrachos. Cuando la gente que vio la detención se quiso dar cuenta de lo que pasaba, los guardias ya habían esposado a los dos detenidos y los habían metido en los coches", precisa Verger. De las intenciones de los dos arrestados dice mucho el hecho de que ambos iban con guantes y escondían sendos pasamontañas.

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