Escasa respuesta al paro de una hora convocado por el Pacto de Lizarra en Euskadi y Navarra
El paro de una hora cerró ayer, con un seguimiento escaso, la batería de movilizaciones conjuntas convocadas por los partidos del Pacto de Lizarra, cuyo penúltimo jalón había sido la manifestación del sábado pasado en Bilbao. Con esta acción, las fuerzas políticas convocantes (PNV, EH, EA e IU) cierran la fase de sus demostraciones de unidad en la denuncia del "inmovilismo" del Gobierno de José María Aznar en el proceso de paz para empezar a marcar distancias en la definición de sus estrategias ante las elecciones municipales del 13 de junio. La convocatoria de ayer tuvo un seguimiento muy limitado, sobre todo en Álava y Navarra, fue muy poco relevante en la industria y tuvo algo más de peso en la Administración.
La participación del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y su Gobierno, aunque limitaron a cinco minutos la concentración ante las sedes de la Presidencia y de las consejerías fue duramente criticada por populares y socialistas. El presidente Aznar, lo calificó de "inconcebible". Pero más llamativos fueron los desmarques registrados en las propias filas nacionalistas, especialmente reveladores en Álava, donde la amenaza electoral que supone el PP aconsejó prudencia: faltaron el alcalde peneuvista de Vitoria, José Ángel Cuerda, y la candidata de la coalición PNV-EA a sucederle, María Jesús Aguirre. Ambos anunciaron que trabajarían normalmente como mejor modo de servir al proceso de paz. Tampoco se dejó ver el diputado general y aspirante a la prórroga en el cargo, Félix Ormazabal. El candidato del PNV a la alcaldía de Bilbao, Iñaki Azkuna, fue el único consejero del Gobierno vasco que no secundó el paro: estaba en Madrid.Según los sindicatos del Pacto de Lizarra ELA y LAB, la huelga, convocada de doce a una del mediodía, fue generalizada, pero no ofrecieron apenas datos de su seguimiento. La información detallada por empresas que el sindicato mayoritario tenía previsto ofrecer quedó sustituida por una nota muy genérica de las centrales convocantes. Según ésta, el apoyo fue "amplio" y "generalizado en todos los sectores". La nota destaca la incidencia en el sector industrial, pero no identifica ninguna empresa, cosa que sí hace en el caso del transporte, donde da cuenta del paro en el Metro de Bilbao, los ferrocarriles de cercanías y la compañía de autobuses que enlaza Bilbao con San Sebastián. Añade que se secundó también en la televisión y la radio públicas, Administración local, autonómica y foral, centros sanitarios y escolares, sin ofrecer precisiones. No hubo paro en la Ertzaintza, que tiene prohibido sumarse a estas convocatorias.
Comisiones Obreras, que no secundaba la huelga, valoró que la incidencia fue "escasa" y se felicitó porque ello evita "una mayor fractura social". Para el secretario general de UGT de Euskadi, Carlos Trevilla, el escaso eco obtenido demuestra que los trabajadores no quieren llevar los problemas políticos a los centros de trabajo y desean que se resuelvan en las instituciones. Trevilla se negó a valorar ni cuantificar un paro que calificó de "político". La misma actitud mantuvo la patronal Confebask. En cualquier caso, la huelga fue escasamente seguida en empresas como Michelín y Mercedes Benz, en Vitoria, o La Naval y Firestone, en Vizcaya (alrededor de 100 concentrados en cada lugar, de unas plantillas de entre 1.300 y 3.300 trabajadores). En Sefanitro de Barakaldo pararon sólo siete de sus 160 empleados. En Papresa, de Rentería (Guipúzcoa), lo hicieron 15 de un total de 270. En los hospitales de Basurto y Galdakao, (Vizcaya), con plantillas de 800 y 700 trabajadores, fueron alrededor de un centenar quienes pararon, turnándose para llenar la hora convocada. Las concentraciones ante los grandes ayuntamientos fueron también minoritarias. La respuesta más significativa se dio en Guipúzcoa. Los bancos no siguieron el paro, pero sí lo hicieron gran parte de las oficinas de la Kutxa (Caja de Ahorros de Guipúzcoa) y de Caja Laboral. Pararon las cooperativas de Mondragón y los servicios centrales de Mondragón Corporación Cooperativa. La mayoría del comercio aparecía cerrado en San Sebastián, aunque una parte de él lo hace habitualmente los lunes.
En Navarra la huelga cuajó en pequeñas localidades de fuerte implantación nacionalista. Comercio, transportes y servicios públicos funcionaron con normalidad, aunque algunos cientos de personas se concentraron en Pamplona y su cinturón industrial. Según el delegado del Gobierno en Navarra, el paro sólo fue apoyado en 21 de las 52 concentraciones para las que se había pedido autorización.
El metro de Bilbao, único transporte paralizado
El metro de Bilbao fue el único transporte público en el País Vasco que no ofreció ningún servicio durante la hora de paro. Doce de los 19 conductores de los vagones del turno afectado habían decidido secundar la huelga convocada por las fuerzas del Pacto de Lizarra, lo que imposibilitó el tránsito del resto de las unidades. Aunque un portavoz del suburbano bilbaíno afirmó que una hora antes del paro se informó a través de paneles y la megafonía, muchos usuarios se vieron sorprendidos por la suspensión del servicio. En la estación central de Abando, varios clientes se quejaron de la falta de información ante uno de los vigilantes jurados. "Estamos perdiendo salud, tiempo y dinero", le espetó una señora.Metro Bilbao sostiene que sólo recibieron una queja por escrito y que se proporcionó otro billete a todos los afectados. El mismo portavoz añadió que a partir de las 13.00, los trenes volvieron a circular con total normalidad.
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