La paciencia recompensada
A Olazábal, flamante y elegante, sólo le molesta que le pregunten una y otra vez por su año de martirio. A los periodistas norteamericanos, los que quieren montar una película de drama y redención y le han preguntado ya como 300 veces qué se siente después de lo mal que lo ha pasado, les responde ya con monosílabos. Los demás no se lo preguntan. Tampoco ayer. "Han pasado muchas cosas desde entonces", dice Olazábal, un vitalista convencido. "Desde el Masters de 1994 mi vida ha cambiado completamente. Hay cosas que nunca se me olvidarán. Pensé que nunca viviría esto de nuevo".La enfermedad y el sufrimiento cambiaron la forma de pensar de Olazábal. La victoria en Augusta 99 ha sido la recompensa de la historia. El premio a su tenacidad y resistencia. A su paciencia. En la vida (salvo cuando como ayer, mañana de torneo, no le toca salir a jugar hasta las tres de la tarde: se acabó las revistas de crucigramas mientras esperaba, piafando como un caballo de carreras en su box antes de salir al hipódromo) y en el juego. A la que desplegó el sábado, aguantando con su +1 el liderato, y, sobre todo, a la de ayer. "Sabía que tenía que tener paciencia", dice, "y que la recompensa llegaría. En ese sentido, el birdie en el 13 ha sido fundamental. Norman acababa de hacer un eagle y necesitaba una respuesta rápida".
Otra clave de su triunfo fue, según él mismo, el cambio de actitud mental. Contó cómo Gary Player, el legendario jugador surafricano, le dijo que se quitara las chorradas de la cabeza, que confiara en sí mismo y que pensara siempre en positivo. "Fue en la cena de campeones", recuerda el de Hondarribia. "Me agarró por banda y me lo soltó. Creo que fue un buen consejo".
Sergio García, como mejor amateur, le acompañó en la ceremonia de premios. Olazábal recibió la chaqueta y un cheque por 720.000 dólares (más de 100 millones de pesetas, el mayor premio que nunca ha dado Augusta) y el chaval de Castellón una copa de plata. "He apoyado a Txema con todo mi corazón", dijo Sergio. "Es el día más importante de mi vida". Por primera vez, dos españoles premiados simultáneamente en el lugar más importante del golf mundial.
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