Asunción acusa al PP de aletargar a la opinión pública para ocultar sus incumplimientos

Antoni Asunción se presentó ayer como candidato socialista con las más altas ambiciones: "Intentar ganar las elecciones es el objetivo". Para lograrlo, Asunción explicó que confía en despertar a una opinión pública que considera "aletargada" por los populares. "Tenemos que quitar la sordina que el PP ha impuesto en toda la sociedad", dijo, "para ocultar sus incumplimientos y mentiras". El candidato aseguró sentirse muy satisfecho con el respaldo del 65% de los miembrs del comité nacional del PSPV, que calificó como "una ratificación".

Asunción se fijó la meta más alta, recordó precedentes históricos de vuelcos electorales imprevistos y se ensañó con la obsesión por el control de los medios de comunicación que atribuyó a los populares. "El PP considera que no existe lo que no se cuenta en los medios de comunicación". Y el objetivo del candidato socialista durante los 65 días que restan hasta el próximo 13 de junio es recorrer el territorio valenciano "palmo a palmo" para lograr que "aflore la opinión real de la sociedad" hacia los resultados de la gestión desarrollada por el PP durante la presente legislatura. Como ejemplo, citó la subida de los precios de la vivienda en torno al 12%, que los populares celebran como un buen indicador económico sin tener en cuenta el correspondiente aumento de la desigualdad social que entraña el mismo indicador. Ante las acusaciones genéricas hacia el PP, Asunción fue interpelado directamente por Eduardo Zaplana, su rival directo. El aspirante socialista, en tono desenvuelto, bromeó sobre el aluvión de declaraciones contra su persona y se permitió alguna sugerencia al presidente de la Generalitat: "Que no se ponga nervioso, la carita se la tocaremos bien tocada, pero lo iremos dosificando, pues tiene muchos frentes abiertos dentro de su política clientelista y nepótica". Sobre la crisis desatada a raíz de la dimisión de Joan Romero como candidato y secretario general del PSPV el pasado 27 de marzo, Asunción destacó la capacidad de reacción de los socialistas valencianos para sustituir al aspirante a la Generalitat: "Tenemos un partido capaz de ofrecer una solución". Y celebró la democracia interna en la organización socialista frente a la unanimidad que impera entre los populares, unidos, dijo, por "el reparto de prebendas". Abrigado y arropado Asunción afirmó sentirse "legitimado" para asumir la candidatura a raíz de su participación en las elecciones primarias del partido y calificó el apoyo mayoritario del comité nacional como una "ratificación". "Cuando no hay normativa impera la lógica del derecho, y si falla el número uno va el segundo", comentó. El candidato reiteró que el proyecto socialista desborda a las personas y aseguró ser "un eslabón, una pieza más del engranaje, arropado y abrigado por el partido". Las declaraciones de Josep Borrell, candidato socialista a la presidencia de Gobierno, en las que mostraba sus preferencias por la continuidad de Romero como candidato, fueron acogidas como "lógicas" por Asunción. "Cualquier persona sensata desea que no pase nada a dos meses de las elecciones", comentó. El candidato limitó sus aspiraciones al ámbito electoral y negó otra ambiciones en el seno del partido, como la secretaría general del PSPV. "No tengo ninguna preocupación orgánica", dijo. Asunción resolvió de un plumazo dos de los grandes retos políticos pendientes que exigen acuerdo entre populares y socialistas. Según el candidato, la reforma del Estatuto sigue pendiente porque los populares valencianos ocupan el "furgón de cola" en el seno de la organización estatal y la cúpula del partido les ha exigido que no toquen nada. La composición de la Acadèmia Valenciana de la Llengua se podría decidir de inmediato, según Asunción, que aseguró que los populares se afanan por lanzar "cortinas de humo" en lugar de sentarse a negociar con seriedad. La posibilidad de llegar a amplios acuerdos con otras formaciones de izquierda fue aparcada hasta después de las elecciones "por respeto". Asunción explicó que el calendario impide alcanzar cualquier tipo de acuerdo programático a estas alturas y emplazó a otros grupos progresistas a entablar conversaciones "el día después".