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El dilema de Roa

El meta argentino medita por motivos religiosos su retirada

La fe mueve montañas, pero algo más necesitará el Mallorca para convencer a Carlos Ángel Roa de que no abandone el fútbol al final de temporada. Le restan dos años de contrato y se encuentra en el mejor momento de su carrera, pero el meta argentino se debate en la disyuntiva de encauzar el resto de su vida a partir de los 30 años (los cumplirá en agosto) por los senderos religiosos -pertenece a la Iglesia Adventista del Séptimo Día- o por los campos de fútbol. Difícil decisión. Ni siquiera los amigos más íntimos del Lechuga, como le apodan por el régimen vegetariano que sigue, pueden intuir la respuesta al dilema.Roa se ha entregado con idéntica pasión a sus creencias religiosas como al fútbol. Las primeras son muy conocidas en Argentina, pero no en la capital balear, donde cayó como una bomba la primera noticia sobre el asunto, publicada en marzo en el diario bonaerense Olé.

Pese a su desmentido inicial, cercado en Amsterdam -se concentró allí con su selección- por los periodistas argentinos, el guardameta admitió que estudiaba "seriamente" la posibilidad de retirarse. "El fútbol no lo es todo en mi vida", afirmó, "y hay otras cosas importantes, como la familia y mis creencias; por ello la decisión final la comunicaré el próximo mes de junio". Lo mismo repitió a su regreso la pasada semana a Palma.

Roa es el portero menos goleado de la Liga con 21 tantos en 28 partidos, tiene ofertas del Mallorca para ampliar su contrato y millonarias propuestas de equipos británicos. Es su mejor momento, porque ni siquiera en Argentina había alcanzado el reconocimiento internacional del que disfruta ahora.

Algunos malpensados han visto en la actitud de Roa una supuesta estrategia para forzar su renovación con el Mallorca -la negociación está parada- o facilitar su traspaso a un club de más entidad. Otros elucubran sobre el hipotético coste millonario que tendría para las finanzas del meta renunciar a dos años de contrato en el caso de que la entidad balear decidiera penalizar el incumpliento del documento. "Perdería mucho dinero", afirman.

También se han alzado voces a favor de las creencias religiosas de Roa y sugieren liberar al futbolista de jugar los sábados, como lo exige su iglesia. Él escucha y calla. "La respuesta la conoceréis en junio", subraya para zanjar cualquier duda al respecto.

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