El PSOE pretende que el rival de Zaplana reciba el apoyo del 75% del comité nacional del PSPV

La ejecutiva federal del PSOE espera que los socialistas valencianos designen un candidato a la Generalitat capaz de aglutinar el voto de las tres cuartas partes del comité nacional del PSPV que debe refrendar la propuesta de la gestora mañana. Carmen Alborch y Antoni Asunción tenían previsto trasladar ayer su decisión final a Juana Serna, presidenta de la gestora del PSPV, pero la fragilidad de los apoyos aconsejó apurar al máximo los plazos. Altos cargos de la ejecutiva federal del PSOE permanecían reunidos anoche para intentar alcanzar una solución satisfactoria.

Fuentes próximas al candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, cifraban en un 75% el apoyo mínimo que debía recibir en el seno del PSPV el candidato que debe rivalizar con Eduardo Zaplana el próximo 13 de junio por la presidencia de la Generalitat. Un apoyo menor sería considerado "un horror", según las mismas fuentes, que atribuyen la máxima importancia a la federación socialista valenciana, la segunda en importancia por número de militantes. La opción de la ejecutiva federal, siempre sin menciones personales, pasa por designar a Carmen Alborch como candidata, porque es improbable que Antoni Asunción, cuyos seguidores precipitaron la renuncia de Joan Romero como aspirante a la Generalitat y secretario general hace apenas diez días sea capaz de volcar en su favor el importante frente de rechazo que su candidatura provocaría en el seno del comité nacional del PSPV. Fuentes próximas a Asunción, sin embargo, se mostraban convencidas de que ambos ex ministros podrían cooperar sin mayores problemas en una lista conjunta alegando que ambos arrastran muy buena relación desde hace años. La conversación entre Alborch y Asunción, el domingo por la noche, habría consistido en destacar las posibilidades de convivencia entre viejos conocidos en el futuro. La opción ideal para los asuncionistas pasa por constituir una candidatura conjunta en la que Alborch ocupara la segunda plaza y concentrara su campaña en la ciudad de Valencia para intentar socavar la figura de Rita Barberá. Alborch, entretanto, sopesa su futuro político y parece tropezar con más argumentos en contra que a favor de su decisión de encabezar la candidatura de los socialistas valencianos. Anoche permanecían reunidos en Madrid José Borrell, candidato a la presidencia del Gobierno, y Ciprià Ciscar, secretario de organización del PSOE, con intención de desbloquear la situación en la federación valenciana y presentar una propuesta convincente a la ejecutiva federal que se celebra hoy. Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, no pudo incorporarse al cónclave por problemas de tráfico aéreo, y espera reunirse con ambos a primera hora de la mañana de hoy. Juana Serna, presidenta de la gestora del PSPV, tenía previsto conocer ayer la última palabra de los dos posibles candidatos, pero la reunión a tres bandas fue suspendida hasta esta mañana sin mayores explicaciones. Andrés Perelló, portavoz oficial de la gestora, se limitó a comentar que los socialistas valencianos apoyan "por igual" a uno y otro candidato para restar importancia a la decisión de apurar al máximo los plazos establecidos por la gestora y por la ejecutiva federal del PSOE. Fuentes próximas al ex secretario general del PSPV, sin embargo, consideran que los apoyos que recibiría una candidatura encabezada por Asunción resultarían, cuando menos, "frágiles". Desde los sectores más conciliadores del socialismo valenciano se apuesta por Carmen Alborch como la única candidata capaz de apaciguar las aguas y aunar fuerzas. Y se asume que la presencia de Asunción en la candidatura en un segundo lugar no debería provocar ningún terremoto que desembocara en un amplio rechazo de parte del comité nacional. La cúpula de la gestora, con Serna a la cabeza, permaneció reunida a lo largo de todo el día en la sede de los socialistas valencianos, pero en vano. Ciscar, desde Madrid, se mostraba optimista sobre una pronta solución del caso, pero al cierre de esta edición la incógnita permanecía en el aire.