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Sindicatos y ONG denuncian graves retrasos en la renovación de permisos para inmigrantes

Los plazos de espera para la renovación de los permisos de trabajo y residencia para inmigrantes no comunitarios tienen ya casi la duración que un embarazo. Desde el verano, la Dirección Provincial de Trabajo de Madrid tarda unos ocho meses en dar respuesta a las peticiones de renovación, un trámite que antes le llevaba cerca de la mitad de tiempo, según denuncian sindicatos como USO o UGT, asociaciones de inmigrantes y ONG. Estas entidades achacan el retraso a una falta de personal. Trabajo asegura que va a reforzar la plantilla y la red informática.

Los inmigrantes afectados por los retrasos pueden seguir trabajando de forma legal con el resguardo de la solicitud de renovación. Pero tienen dificultades para salir del país, para cambiar a una actividad laboral distinta a la del permiso ya caducado o para solicitar la reagrupación familiar y también suelen encontrar obstáculos si quieren alquilar un piso o pedir un préstamo bancario.Al fin y al cabo, no es lo mismo presentar un permiso de trabajo y residencia que un resguardo en el que sólo figura que se ha iniciado la renovación sin saber si se va a conceder o no.

Sergio Romero, responsable sindical de USO en el Ministerio de Trabajo, considera que la Dirección Provincial de Madrid, en Bretón de los Herreros, 41 (Chamberí), está colapsada porque, "sin ningún incremento de plantilla", hay que atender las renovaciones y también toda la tramitación de los nuevos permisos del cupo de este año, abierto desde enero hasta el próximo 23 de abril. A su solicitud de un aumento de personal, el director provincial de Trabajo, Luis Osorio, respondió en febrero que él había reclamado lo mismo "sin obtener" hasta esa fecha el resultado pretendido.

Portavoces del ministerio han asegurado que, para paliar el problema, se ha contratado a dos nuevos trabajadores y se va a reforzar el servicio de informática.

El sindicato UGT, a través de su centro guía de Tetuán, donde se atiende a inmigrantes y refugiados, ha denunciado al Defensor del Pueblo el "colapso" de la dirección provincial, que hace extensible a la Delegación del Gobierno, donde se tramitan exenciones de visado.

Tafsir Día, secretario de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses en España (AISE), explica que hay miembros de su asociación que todavía esperan que Trabajo conteste a solicitudes de renovación de permisos presentadas hace más de seis meses.

"La gente intenta arreglarse con el resguardo de solicitud, pero para tenerlo hay que esperar también cerca de un mes o un mes y medio", añade Día.

Atascados por el cupo

Rafael Guardo, presidente del Comité de Defensa de Refugiados, Asilados e Inmigrantes en España (Comrade), asegura que a finales de febrero llamó a la dirección provincial para preguntar por una renovación y le contestaron que entonces se estaban resolviendo solicitudes presentadas en julio de 1998. "Parece que Trabajo ha centrado sus esfuerzos en dar rápida respuesta a la tramitación del cupo, que este año es verdad que lleva un ritmo más rápido, en detrimento de otras gestiones", afirma.Varias entidades, como la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), ARI-Perú o el Voluntariado de Madres Dominicanas, alertaron también a Trabajo de las consecuencias de los retrasos "de hasta ocho meses" en una reunión que mantuvieron a comienzos de febrero.

El primer permiso de trabajo y residencia que obtienen en España los inmigrantes de países no comunitarios tiene una vigencia de un año. A partir de esa fecha hay que renovarlo, trámite que en Madrid se realiza en la Dirección Provincial de Trabajo. El segundo permiso suele concederse por dos años.

Para obtener un permiso inicial el inmigrante debe de contar con una oferta firme de empleo. Puede solicitarlo por dos sistemas, el de cupos y el general. En el primero, con un plazo de petición limitado a unos meses, el Gobierno fija un número de autorizaciones laborales por comunidades autónomas en sectores sin parados españoles. Al segundo se puede acceder en cualquier momento del año, pero tiene un inconveniente: permite denegar una petición con el argumento de que se ha presentado para un sector con desempleados autóctonos.

Para renovar los permisos se exigen las cotizaciones a la Seguridad Social, aunque con cierta flexibilidad, ya que es habitual que el trabajador extranjero, como el autóctono, tenga sobre todo contratos temporales.

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