La inercia sostiene a los grandes
El grupo de cabeza en la clasificación mantiene el ritmo con profesionalidad. Pero sin brillantez. El Barcelona, para desesperación de sus perseguidores, no falla ni en los encuentros relativamente fáciles, ésos que a veces hacen saltar las sorpresas y reaniman una Liga como ésta, en la que el líder aventaja al segundo en seis puntos, o lo que es igual: dos partidos de diferencia. Ayer, los azulgrana se impusieron al Oviedo gracias a tres goles de Rivaldo, dos de ellos obtenidos de penalti. Y el tercero de ellos (y segundo máximo castigo) llegó cuando los temores de empate rondaban ya el graderío.El Madrid completó el cuarteto de victorias que había pedido su nuevo técnico, John Toshack, para seguir aspirando a ganar el campeonato. Y sin embargo sólo ha escalado al cuarto puesto, tres peldaños más que cuando salió derrotado de Sevilla, ante el Betis, en el partido que el entrenador galés gobernó todavía desde la grada. La eficacia del Barça, su consistencia, puede tener notables efectos psicológicos en una situación así, en la que no parece cercana la posibilidad de que los madridistas reduzcan los siete puntos de distancia.
El Valencia se aúpa al segundo lugar de la tabla, con las mismas características que los otros dos grandes. Jugó mal en Santander ante el Racing, pero su defensa sacó adelante tres puntos valiosísimos en este momento para no perder comba.
El Mallorca se agarró también a su inercia de esta Liga: dio toda una lección táctica en Vila-real, con un fútbol muy efectivo y poco atrayente. El manual de Héctor Cúper.
El equipo insular sigue siendo sexto, cerrando el pelotón de cabeza que espera merecer la participación en las competiciones europeas. De ahí hacia abajo se empiezan a abrir los abismos. La Real Sociedad y el Athletic, que se situaban hasta ahora a continuación del Mallorca (los rojiblancos aún lo tenían a tiro), empataron ayer en Bilbao su derby vasco, sin goles y sin espectáculo. Los bilbaínos quedan ahora a cinco puntos del sexto lugar, y el Zaragoza se ha interpuesto entre ellos y los donostiarras.
El Betis perdió en Sevilla ante el Espanyol pese a que los de Barcelona sólo tiraron una vez a puerta. Y dio nuevos argumentos para las disensiones entre el entrenador, Javier Clemente, y el dueño del equipo, Manuel Ruiz de Lopera. El Betis se muestra tan poco brillante como algunos de los de arriba. Pero le falta la inercia.
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