La oposición municipal de Valencia considera vacío el acuerdo sobre el Parque Central

El documento de cooperación sobre el futuro de la red ferroviaria de Valencia que debe liberar la parcela del Parque Central y que fue firmado el pasado miércoles por el ministro de Fomento, el presidente de la Generalitat, la alcaldesa de Valencia y el presidente de Renfe sólo fue "la ocasión para una foto" según la oposición municipal que lo considera falto de contenido. Rafael Rubio, concejal socialista, aseguró que el "documento" no supone ningún compromiso, no establece con claridad la participación del Ayuntamiento en la factura final y no entraña mejoras sobre el convenio que el Ministerio de Obras Públicas presentó en 1994 y que fue recahazado entonces por Rita Barberá.

Rubio expresó su desazón ante un acuerdo que sólo expresa la voluntad de las partes firmantes pero que no fija más exigencia que la de elaborar diversos anteproyectos: "Se redactarán estudios y anteproyectos y luego se estudiarán los estudios". El concejal socialista recordó que la alcaldesa de Valencia recibió una oferta de convenio que preveía actuaciones casi idénticas a las que contiene el "documento" firmado el miércoles, pero Rita Barberá rechazó la posibilidad de cooperar con un ministerio controlado por los socialistas. Aquel convenio recogía la necesidad de establecer un eje pasante para que evitar que todos los trenes se vean obligados a entrar y salir de la estación de Valencia; recogía las conexiones entre tren y metro en una estación intermodal; los accesos a la ciudad y el nudo sur; el desplazamiento de las instalaciones de Renfe a la Fuente de San Luis. "Hemos perdido cinco años", comentó Rubio. Falta de claridad Pero la principal razón de alarma de parte de los concejales socialistas es la ausencia de claridad sobre la participación del Ayuntamiento en la financiación de las obras. Rubio señaló que las obras de urbanización del futuro Parque Central de Valencia deberían pagarse con las plusvalías obtenidas al liberar más de 300.000 metros cuadrados en el centro de la ciudad de modo que los valencianos no tuvieran que aportar ni una peseta, pero alertó sobre la falta de definición al respecto. "La participación municipal queda diluida", indicó. Según el concejal socialista, su grupo apoyaría a la alcaldesa si lograra que el proyecto no costara "ni un duro a las arcas municipales", del mismo modo que los madrileños no tuvieron aportar nada por las obras de remodelación de la estación de Atocha o los barceloneses en la de Segarra. Las críticas del grupo socialista tuvieron una réplica inmediata por parte del equipo municipal. El concejal de Urbanismo, Miguel Domínguez, defendió el acuerdo. "Es la primera vez que se plantean aspectos concretos tanto de plazos, como de concepción del proyecto como de su financiación", señaló el edil. Según Domínguez, el texto -"que los socialistas no han sabido leer"- recoge la forma en que se pagará cada una de las infraestructuras, mediante el aprovechamiento urbanístico que se de a los terrenos que se desafecten del uso ferroviario. Por lo que respecta a los plazos se establece que en nueve meses estarán finalizados los anteproyectos que darán el "pistoletazo" de salida al proyecto. Domínguez reiteró que el coste total del proyecto se estima en unos 70.000 millones y aseguró que el "sólido" documento fija los plazos de ejecución.