Una ilusión en cada jugada
España acude a San Marino en estado de euforia y con la seguridad de alcanzar el primer puesto
Pocas veces un partido internacional se juega con un pronóstico predeterminado. España ganará hoy ante San Marino (21.30 horas, TVE). Queda por saber el tamaño de la goleada. Nadie la pone en duda, ni siquiera el propio seleccionador rival, Giampaolo Mazza, que da por satisfactoria una derrota por cinco goles de diferencia. "Espero que los españoles no vengan muy enfurecidos", dijo con una cándida sonrisa, alarmado por la goleada ante Austria y consciente del significado que tenía la actitud del pelotón de periodistas españoles que se acercó al entrenamiento de su selección: todos se disputaban hacerle una entrevista en exclusiva al guardameta titular, Federico Gasperoni, un estudiante de empresariales de 22 años.A Gasperoni le refrescaban la memoria con los 12 goles ante Malta o el récord absoluto de la selección española: un 13-0 ante Bulgaria. La victoria es, por otro lado, estadísticamente indiscutible: San Marino no conoce el triunfo en los 42 partidos que ha disputado (ha marcado 6 goles y ha recibido 176), y su mejor resultado es un empate a cero con Turquía en 1993. En esta fase de clasificación, Israel le ganó por 0-5, Austria por 1-4 y Chipre por 0-3. El partido sería un trámite si no fuera porque los efectos todavía vivos de la goleada ante Austria han provocado un estado de excitación general en España: el aficionado quiere otra fiesta y el equipo nacional tiene hambre de goles.
La manifiesta debilidad de San Marino obligó a Camacho a mantener el tipo ante ciertas preguntas, por temor a resultar irrespetuoso: "Ustedes creen que es muy fácil hacer muchos goles, yo prefiero verlos. Quiero ver el primero, luego el segundo... quiero verlos". Camacho comparó la categoría del rival con un Segunda B español. En realidad, su categoría es menor: en su selección sólo hay un profesional, el delantero Andy Selva, que juega en el Catanzaro, un equipo de la serie C-2 italiana, que es la cuarta categoría, el equivalente a la Tercera División española. El resto de los componentes son una mezcla de estudiantes, farmacéuticos, operarios, electricistas, corredores de seguros y, eso sí, dos empleados de banca, los dos únicos que no han tenido permiso de sus jefes para entrenarse estos días con su selección.
Camacho reconoció que habían observado un vídeo de San Marino, consciente de que a Clemente se le reprochó que no quisiera saber nada en su momento de Chipre, con el batacazo posterior ya conocido. Sin embargo, no detalló que el repaso del juego de San Marino apenas duró diez minutos. Fran no recuerda demasiados detalles de ese resumen: "Jugaban todos atrás", dijo a modo de conclusión.
Naturalmente, el partido se ha desvirtuado como consecuencia del efecto mediático que ha tenido el 9-0 ante Austria. Camacho reconoce que ese resultado condiciona sus decisiones, que en otras circunstancias practicaría hoy un mayor número de variaciones en la alineación titular. Pero mantendrá el equipo de Valencia. Hay una euforia contagiosa que Camacho definió a su modo: "Veo al equipo muy agresivo. Quiere mandar y quiere jugar". Y es así: Guardiola quiere volver a reunirse con Fran y con Valerón, quiere tener delante a Raúl y a Urzaiz. Existe una coincidencia en creer que se ha alcanzado un estado momentáneo de gracia y, en ese sentido, el partido ante San Marino deja de tener un carácter rutinario para convertirse en una oportunidad única para darse otro festín.
Cuestión aparte es considerar qué sentido tiene por parte de la UEFA hacer competir a este tipo de selecciones en torneos oficiales para que reciban goleadas sin cuento. La experiencia obliga a considerar si no sería más adecuado agruparlas en una especie de fase previa donde puedan competir en condiciones de mayor igualdad porque, dado el desequilibrio, el partido de hoy no va a servir de aprendizaje a los modestos jugadores de San Marino. El partido no tiene un pase, aunque hay que reconocer que, del lado español, viene en el mejor momento posible: el equipo nacional tiene mucho apetito. Tanto, que hasta podría darle envidia a Javier Clemente.
"Envidia, ninguna. Satisfacción de haber visto un buen partido", respondió ayer el ex seleccionador al preguntársele sobre la goleda del sábado ante Austria. "Alcanzaron una línea de perfección muy alta pero no absoluta, porque en el fútbol no existe tal, pero sí una perfección del 90%, impresionante", añadió. Tras los elogios, el técnico del Betis arremetió contra quienes estos días enjuician su labor al frente de la selección, informa Sergio Mellado. Clemente apuntó que las críticas de la prensa acusándole de confeccionar las convocatorias siguiendo criterios de amiguismo no le preocuparon nunca y no lo harán ahora. Para reforzar sus argumentos Clemente se remontó a la etapa en la que Miguel Muñoz dirigía la selección y de paso arremetió contra Poli Rincón, ex jugador del Betis y actual comentarista en la Cadena SER. "Miguel Muñoz dejó huella y sin embargo su delantero centro era Poli Rincón, que no sabía ni chutar. Sabía correr, pero técnicamente era horrible, de los peores delanteros que ha habido en la selección. ¿Cómo podía contar con él?, pues paradojas de la vida. Un entrenador cuenta con el que le cae bien". Hoy se juegan otros 15 partidos: Suiza-Gales e Italia-Bielorrusia (grupo 1). Letonia-Grecia (2). Alemania-Finlandia y Moldavia-Irlanda del Norte (3). Ucrania-Islandia, Rusia-Andorra y Francia-Armenia (4). Luxemburgo-Bulgaria y Polonia-Suecia (5). Eslovaquia-Hungría, Liechtenstein-Portugal y Azerbayán-Rumania (7). Lituania-Estonia y Escocia-República Checa (9).
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