La variante de L"Altet se abre para atenuar atascos en Semana Santa

La variante de la pedanía ilicitana de L"Altet, solución a uno de los mayores puntos negros del tráfico en la Comunidad Valenciana, se volvió ayer a abrir al tráfico para dar mayor fluidez a los numerosos vehículos que en Semana Santa invaden las costas alicantinas. La apertura es provisional, pero en verano entrará de nuevo en servicio para evitar las tórridas esperas que sufren miles de conductores en esas fechas. El plazo de ejecución expira el próximo mayo.

La inversión necesaria para realizar el desdoblamiento de los carriles y poder pasar por debajo de la población mediante un falso túnel asciende a un total de 1.400 millones de pesetas. El pasado verano ya se abrió de manera provisional el trazado, pero se volvió a cerrar en septiembre para poder continuar con los trabajos. El cierre durante estos meses ha causado que se repitan cada fin de semana colas en esta travesía. Desde ayer se pueden utilizar los cuatro carriles que evitan los semáforos de la pedanía ilicitana. La población soporta una intensidad media de tráfico de 25.000 vehículos al día. Con la llegada de los periodos vacacionales el diminuto casco urbano, armado con tan sólo dos semáforos, sufre los colapsos de tráfico más sonados de las vacaciones. La variante da una primera solución a los viajeros que acuden a las localidades de Santa Pola, Guardamar y Torrevieja. Pero no la definitiva. Todavía queda otra fortificación, con más semáforos en la travesía de La Marina, situada también en el término de Elche. Todos aquellos que se dirijan más allá de Santa Pola por la N-332, entre las lagunas del parque de las Salinas, tendrán que esperar a que les llegue el turno con esta esperada obra. De entrada, deberán sufrir durante varios años más la larga espera. La operación salida de Semana Santa dará inicio a los colapsos en las carreteras que conducen a la costa. Poblaciones como Santa Pola cuadriplican su población en los meses vacacionales. Los turistas de Semana Santa no sólo proceden del centro de la península; los propietarios de los apartamentos de fin de semana que escapan de ciudades como Alicante y, principalmente Elche, pondrán su inestimable granito de arena para que ir a tomar el sol a la playa sea poco menos que un suplicio.