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CICLISMO

El alemán Wust gana en solitario la primera etapa de la Setmana

"Nunca más intentaré ganar una etapa así". Radiante de felicidad pero tremendamente cansado y todavía fresco en la memoria el enorme sufrimiento que le costó mantener una ventaja suficiente para adjudicarse la primera etapa de la Setmana Catalana, esa fue la reflexión del alemán Marcel Wust. El velocista del equipo Lotus es un veterano que ha logrado numerosas victorias de etapa pero casi siempre después de un sprint masivo y no como ayer, después de haber permanecido más de 140 kilómetros escapado, primero en compañía de Alberto López de Munain (Euskadi), pero enseguida en solitario.Wust llegó a disponer de una ventaja máxima de 16 minutos y su victoria parecía clara cuando a poco más de 10 kilómetros todavía disponía de seis minutos de renta. Pero, después de los acelerones de los corredores del Rabobank y también ocasionalmente de los del Telekom y de los escarceos de Santi Balnco (Vitalicio), Boogerd (Rabobank) y hasta Virenque (Polti), Wust tuvo que exprimir al máximo las escasas fuerzas que le quedaban para salirse con la suya. Sólo le sobraron veinte segundos. Probablemente resistió porque conocía a la perfección el sinuoso terreno ya que en 1996 fijó temporalmente su residencia en la vecina localidad de Torroella de Montgrí y porque no dejó de ilusionarse en dedicarle el triunfo, con expresivos gestos, a su hijo, nacido después de la última Vuelta a España. "En el último repecho he sufrido unos calambres terribles pero he pensado que era una ocasión única para lograr una victoria en solitario", comentó Wust que también dedicó el triunfo a su equipo, el Lotus-Festina, que tantos problemas tuvo la pasada temporada a causa de los procesos abiertos durante el Tour.

La etapa sirvió para dejar en evidencia a varios corredores que todavía no se encuentran en su mejor puesta a punto. Fernando Escartín (Kelme) perdió cuatro minutos, José María Jiménez (Banesto), siete, y el alemán Jan Ullrich, catorce.

Sin control antidopaje

No hubo control antidopaje ayer en la primera etapa. El comisario ruso de la Unión Ciclista Internacional encargado de tales menesteres no ofreció explicaciones. Se limitó a colgar el letrero: "No hay control". Es algo que a veces sucede, pero es paradójico que pasara ayer sólamente dos días después de que horas antes de la clásica Milán-San Remo los ciclistas de cuatro equipos tuvieran que levantarse a las 4.30 horas de la madrugada para ser sometidos a controles de sangre.Lo temprano de la hora, y lo irregular del procedimiento (las muestras tomadas a los 32 corredores fueron enviadas a un hospital de Como para ser analizadas y la carrera comenzó sin que se conocieran los resultados) ha motivado una dura nota de protesta del sindicato italiano, cuyo presidente, Enrico Ingrilli, declaró: "Ha sido un episodio de una tremenda gravedad que ha falseado el resultado de la carrera. No hay que confundir la buena voluntad de los ciclistas con la sumisión".

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