Los jóvenes de CDC quieren que Artur Mas sea el sucesor de Pujol

VIENE DE LA PÁGINA 1 Este grupo se reúne una vez por semana y tiene al consejero de Economía, Artur Mas, como su candidato a la sucesión de Jordi Pujol. Su poder ha ido creciendo en los últimos años. Su pasado activista es un denominador común de esta generación que se mueve en la treintena. Entre otras acciones, han participado en la campaña Freedom for Catalonia, que se desarrolló durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, y en la movilización para que la princesa Pocahontas, de Walt Disney, hablara también en catalán. Ahora, pasados los años, ocupan despachos anexos a los de los consejeros o cercanos a los de Felip Puig o Pere Esteve, secretario de organización y general de CDC, respectivamente, en la calle de València. Incluso intervienen en la coordinación del grupo de CiU en el Parlament. Tienen sus objetivos claros y opinan que hay que fortificar las posiciones políticas conquistadas. "Las trincheras que se consoliden en la próxima legislatura serán trincheras definitivas", asegura uno de ellos, consciente de que el pospujolismo no debe pillarles por sorpresa. Los jóvenes radicales no dejan de imaginar, entre el temor y la esperanza, cómo será el día después sin Pujol. Por ello, la victoria electoral en las autonómicas se les presenta esencial: así, desde el poder, piensan, será más fácil preparar la sucesión. Y en ese mundo sin Pujol, el modelo vasco desempeña un papel fundamental. El objetivo es tener un Juan José Ibarretxe como presidente, bajo la dirección de un Xabier Arzalluz (el partido) que guíe sus pasos. En la nueva situación el partido tiene prioridad sobre el Gobierno. Esto supone una novedad en Cataluña, donde Pujol se había acostumbrado a vivir sin partido, según algunos convergentes. "Cuando el partido crece, Pujol mengua", dicen otros dentro de la coalición. Ahora esta nueva fórmula tendrá comprobación empírica -la primera y la última- el próximo otoño.