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Un error en las prioridades

Santiago Segurola

El problema del Madrid en Kiev radicó en el orden de necesidades. Toshack, preocupado por un equipo con una evidente tendencia al descontrol, consideró que la prioridad frente al Dinamo era la firmeza de la estructura. O sea, aquello que sirve como colchón de seguridad en los proyectos a largo plazo. En el campeonato de Liga, por ejemplo.En terminos económicos, se diría que Toshack hizo un diagnóstico estructural para un problema coyuntural. Que el Madrid necesita vertebrarse, es evidente. Pero probablemente en Kiev no era su primera urgencia. Toshack pretendió ganar con equilibrio un partido que requería del desequilibrio. El Madrid necesitaba que pasaran cosas, que el Dinamo saliera de su concha, que se viera comprometido o confundido, que le llevaran al partido que no deseaba. Y nada de eso ocurrió.

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El plan de Toshack funcionó de manera irreprochable. Nada que decir de la actitud de los jugadores, ni de la obediencia estricta a las directrices de su entrenador. El Madrid controló el juego con comodidad, eliminó durante una hora sus habituales desatenciones defensivas y dio una impresión superior a la del Dinamo. Pero eso no se concretó en goles, que era el asunto primordial en este partido. ¿Cómo iban a llegar los goles si no había oportunidades? Ahí se constató el error en el diagnóstico de Toshack. Preparó un equipo para monopolizar el partido, cosa que le importó muy poco al Dinamo. Su renuncia al intercambio de golpes resultó escandalosa, y probablemente deliberada. Controlar a un equipo que deseaba ser controlado se convirtió en una redundancia que obró contra el Madrid, porque no entendió que había que pasar del dominio al asalto. No estaba diseñado para eso.

Toshack preparó un equipo con numerosos jugadores capaces de cumplir con las tareas de seguridad. En Sanchis se resume la contradicción del equipo, preparado para una cosa y necesitado de otra. Sanchis cumplió sus deberes con nota. Se le vio metido en el partido, trabó, quitó, descargó de problemas a la defensa. Lo mismo que Redondo. Dos jugadores de corte defensivo, indispensables en la supremacía del Madrid hasta los tres cuartos del campo. Fue a partir de allí donde apenas tuvo presencia el equipo, lastrado por un dibujo que privilegió el ordenancismo y que lastró la producción de gente como Raúl, demasiado pendiente de trabajar como puente entre Redondo y Morientes. Y ya se sabe que la producción de Raúl está directamente relacionada con su proximidad a la portería.

A la vista del partido, la participación de Guti se hizo urgente. Por sus condiciones es el mejor dotado para introducir el elemento sorpresa desde la media punta (por habilidad en el pase, por regate y por disparo). Y con un beneficio añadido. Si la conexión Redondo-Raúl funciona en el medio campo, la cadena Redondo-Guti-Raúl termina por trasladar el juego al área, que era precisamente la obligación del Madrid en Kiev. Toshack lo entendió tarde. Dio prioridad a las cuestiones generales (lo estructural) sobre las medidas particulares que requería el partido (lo coyuntural). Y perdió.

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