La Audiencia de Huelva reinicia el juicio del doble crimen de Las Adoratrices
"Lo único que queremos es que se haga justicia y que se termine cuanto antes esta pesadilla", manifestó ayer, en la Audiencia de Huelva, María José Bello, hermana y tía de Inmaculada Bello e Inmaculada Bellerín, de 11 años, acuchilladas brutalmente en su domicilio, en la barriada onubense de Las Adoratrices, el 13 de abril de 1996. José Manuel Bellerín, de 33 años, ex esposo y padre de las víctimas, ex funcionario de Correos, será juzgado por un jurado en los próximos días como el presunto autor de un doble crimen.
El fiscal, Jorge Espina, solicita para el acusado una pena de 37 años de cárcel y las dos acusaciones particulares piden 45 años. Mientras, el letrado de la defensa, Francisco Baena Bocanegra, aboga por la absolución. Un total de 62 testigos comparecerán en el juicio, entre ellos Pablo Bellerín, de siete años, hijo y hermano de las víctimas. El juicio se reanudó ayer después de que fuera suspendido el 10 de noviembre, tras el accidente sufrido por el presidente de la Sección Segunda de la Audiencia, Francisco Martín, que se cayó por las escaleras del juzgado el primer día de juicio. La acusación considera que en el doble crimen hubo ensañamiento, ya que el cadáver de Inmaculada Bello presentaba 17 puñaladas y su hija, ocho. El abogado Manuel Macías aseguró que "Inmaculada sufrió un particular calvario de puñaladas. Padeció todas y cada una de ellas sin que pudiera defenderse". El abogado subrayó que Bellerín "es un hombre de personalidad fría. Una persona capaz de falsear la verdad sin que emocionalmente se perturbe por ello". Las partes acusadoras creen que la causa del crimen fue los celos del acusado tras su separación. La defensa mantiene que José Manuel Bellerín "no fue ni el autor, ni cómplice, ni encubridor". En su informe deja claro, además, que el arma del crimen no ha aparecido. El acusado declarará hoy en la segunda vista. Bella Almansa, hermana de Toñi Almansa, la mujer que fue acuchillada por su ex esposo, el policía Anastasio del Toro, en agosto de 1995, pidió "que nadie haga un juicio paralelo" sobre el doble crimen de Las Adoratrices. "La vida que llevaba Inmaculada era simplemente la de una madre trabajadora", afirmó.
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