Shakespeare y sus muchachos
Todo Shakespeare (o casi) De Long, Singer y Winfield, por Tanttaka Teatroa. Adaptación, Patxi Barco, Carlos Zabala. Intérpretes, Joseba Apaolaza, Aster Hormaza, Patxi Barco, Xavi Castillo, Niko Lizeaga. Banda sonora, José Luis Rubio. Iluminación y escenografía, Edi Naudo. Dirección, Patxi Barco. Teatro Rialto. Valencia, 11 de marzoCasi dos años después de su estreno en San Sebastián, y tras su éxito con El florido pensil, Tanttaka Teatroa ha adaptado un texto norteamericano que viene a ser una especie de todo lo que usted quería saber sobre las obras de Shakespeare y nunca se atrevió a preguntar. Digamos que el asunto es como si unos pardillos vendechucherías trataran de camelar al personal con el repertorio completo de las virtudes de su producto, sólo que lo que aquí se finge vender es nada menos que las escenas más memorables de Shakespeare a manos de una compañía poco dada a los embolados de ocasión y que sabe bien lo que se trae entre manos. La letra con humor entra, y este digest shakespeareano es representado con preferencia para aquellos que saben menos del autor inglés que el profesor Conejero, lo que no es tan difícil como parece. En un trajín de caracterizaciones que simultanea la presencia del triste Rey Lear con el ambicioso Macbeth, o de la desdichada Julieta con el sabio Próspero, así hasta hacer intervenir a personajes de al menos una veintena de textos de Shakespeare, el montaje cumple perfectamente con sus propósitos, a saber: demostrar que se conoce a Shakespeare, reírse de la solemnidad inmotivada (un tanto en línea con el Boadella que afirmaba sobre Hamlet que esas parrafadas sólo pueden decirse en escena bajo los efectos de una severa intoxicación etílica), divertir con una fragmentación enloquecida y, en fin, estamos en Fallas, regocijar facilidad a los espectadores mientras los actores se lo pasan en grande.
