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EL PERFILBRAULIO MEDEL

El banquero impenetrable

E s socarrón. Tiene la traza de Tierno Galván: parece que está en el limbo, y del limbo nada. Detrás de su aspecto profesoral y su solvencia científica hay mucha habilidad. Adusto, inteligente y astuto, el primer banquero andaluz acaba de lanzar un órdago a sus pares para que espabilen y se atrevan a fusionar las cajas. Braulio Medel Cámara lleva doce años predicando que haya una sola entidad en Andalucía, grande y potente, capaz de hacerse respetar en el mercado nacional y de servir de locomotora a la economía regional. Dirige de manera individualista la principal institución financiera de Andalucía, Unicaja, desde una mesa de madera cara en la que los visitantes no suelen ver papel alguno. En la caja se le tiene un temor reverencial, siempre se refieren a él como Don Braulio. Es desconfiado, masca mucho las cosas y sus decisiones son lentas. A caballo entre Málaga, Sevilla y Madrid, lo supervisa todo y cuando está ausente nada se resuelve hasta que llega. Los ocho años que pasó como presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro acentuaron este estilo de gobierno. Medel es hombre metódico y organizado que se ganó fama de riguroso en los seis años que estuvo en la Junta, primero de director general y luego como viceconsejero de Economía y Hacienda. Cuando arrancó el Gobierno andaluz en 1982, en una época de ilusiones y euforias, a la mayor parte de los altos cargos la Administración les parecía un mal que había que soportar y que con voluntad política todo se podía conseguir. Entonces Medel, en su papel de sensato director de la Oficina de Planificación, rebajaba el listón del voluntarismo y les ponía los pies en la tierra. Llegó a regalarle a uno de sus consejeros el libro La crisis fiscal del Estado del economista James O"Connor, para que aprendiera que el despilfarro de los estados modernos lleva al desastre. Su afición por las amonestaciones ha marcado su carácter y, quizá, su semblante: hace pocos años, en Filadelfia, el cliente de un local de folk and country le abrazó emocionado al confundirle con un famoso telepredicador. Es prudente. Acostumbra a hablar de lo que conoce y nunca dice nada malo de nadie. Es austero, aunque le gusta el buen vino, las meriendas con tortas de polvorón y la música clásica, en especial Beethoven. Sus amigos dicen que tiene mucho sentido del humor, pero como buen banquero no lo regala a manos llenas. Es también introvertido, no exterioriza fácilmente ni alegrías ni penas. Pero nadie duda de que es un hombre de sentimientos profundos: lleva corbata negra desde que, hace tiempo, se le murió una hija de tres años. Fue el cerebro del primer acuerdo de financiación autonómica con el Gobierno central, en 1986. En esa época intentó reducir el peso de los capítulos de Educación y Agricultura en el presupuesto y alentó los primeros convenios de CASA con la industria aeronáutica internacional. Este no fue un gesto banal. Medel es uno de los pocos europeistas que se puede uno tropezar entre los andaluces. Su hoja de servicios en la Junta le ha dado fama de hombre del PSOE, pero ni es militante, ni sale al terreno de juego con la camiseta socialista, una indisciplina que irrita a algunos jefes del eterno partido gobernante en Andalucía. Además en Málaga ha sabido entenderse con el Partido Popular, lo que apunta otro rasgo de su personalidad: es un hombre sin aristas, que tiene el don de la oportunidad. Sabe colocarse siempre donde conviene: pegarse y distanciarse del poder, sin romper nunca con nadie. Cuando en 1987 decidió irse del Gobierno autonómico, se pidió la presidencia de la Caja de Ahorros de Ronda, la más fuerte de la región. El puesto le permitió pilotar la fusión de cinco instituciones que dio luz a Unicaja. Ahora ocupa un poder del que recelan los demás presidentes de las cajas andaluzas. Todos apuntan hacia él y señalan su corporación, e incluso a la ciudad de Málaga, como los grandes beneficiarios del llamamiento a la integración que ha hecho el presidente de la Junta. Braulio Medel nació en agosto de 1947 en la localidad sevillana de Marchena, a la que acude con frecuencia. Nunca falta en Semana Santa, sobre todo el miércoles para ver la cofradía del Señor de la Humildad y la Paciencia. Virtudes ambas que le cuesta practicar en el culebrón de las fusiones a este hijo de la villa, que ejerce sin problemas como malagueño. Antes de dedicarse a la política fue muchos años de catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal en la capital de la Costa del Sol. Sus alumnos de la Facultad de Económicas recuerdan el talento de su discurso y la monotonía y escasa potencia de su voz. Aquí ofició, por poner un ejemplo fácil, de director de la tesis doctoral de la consejera de Economía, Magdalena Álvarez. Como en Málaga se es malagueño cinco minutos antes de llegar, Medel personifica como nadie a la capital económica de Andalucía. Lo que no le impide traicionar a su tierra de adopción con uno de sus secretos mejor guardados: Medel, el banquero impenetrable, es bético. IGNACIO MARTÍNEZ

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